Al ver que Po no había sido quien la había empapado, sino el techo que se había vencido por la fuerza de la tormenta, Tigresa se levantó corriendo a despertar a su amigo, que seguía pataleando en su sueño;
—¡Po despierta!— gritaba Tigresa mientras sacudía al panda de los hombros— ¡Despierta! ¡El techo cayó y el agua está entrando, levántate!
—¡Mono por favor, no le digas a Shifu que me dormí, limpiare tu habitación durante una semana! —decía Po suplicante con las manos juntas y los ojos aún cerrados.
Tigresa no podía creer que el panda tuviera el sueño tan pesado, así que lo arrastró para quitarlo de donde seguía cayendo agua y lo dejo ahí.
Luego regreso para salvar las mochilas y las dejo sobre los grandes engranajes del molino, lejos de donde pudieran mojarse.
Ya a salvo las provisiones, regreso para despertar a Po— ¡PO! — Gritó lo más fuerte que pudo mientras le golpeaba la cara con la pata para hacerlo reaccionar.
Por fin el panda reaccionó y se levantó sobando su mejilla por el golpe que le había dado su compañera.
—Tigresa ¿Qué pasa?— preguntó desconcertado
—Rápido sígueme, hay un gran agujero en el techo y el agua está entrando.
No había tiempo que perder. Una parte de Tigresa se sintió mal por el golpe que le había dado a su amigo;
«Tal vez lo golpee muy duro»
Pero ya habría tiempo para disculpas después. Se colocaron frente a la puerta y Po quitó la tranca que la mantenía cerrada mientras Tigresa sostenía las puertas para evitar que el fuerte viento las abriera de golpe y mojara lo que quedaba seco en el interior del molino.
—Yo saldré a destapar el desagüe y a reparar la cubierta del techo, en cuanto esté listo, te avisaré y tu empujaras la viga desde dentro para que vuelva a sostener el techo y las atarás a la que está cruzada con aquella soga. — le indicó tigresa mientras cambiaban de lugar y le señalaba la cuerda que debía usar.
Tigresa se preparo para salir corriendo y trepar por el molino en cuanto Po abriera las puertas.
—Bien, a la cuenta de tres — dijo ella para empezar a contar— Uno..., Dos...
—Espera Tigresa
—¿Que pasa Po? Hay que darnos prisa, el agua sigue entrando.
—Solo ten cuidado— le dijo Po viéndola con un poco de preocupación, pues el sonido del viento era realmente feroz.
Tigresa le sonrió y asintió. Luego terminó de contar.
—¡Tres¡
La puerta se abrió y una ráfaga enorme de agua y aire entró al molino. Tigresa salió corriendo y comenzó a escalar el molino sin demora. Po cerró la puerta detrás de ella y volvió a colocar la tranca. Luego corrio a tomar la cuerda y salto para empezar a escalar ayudandose de las partes del molino hasta logró llegar a las vigas rotas.
Tigresa tardó en ir hacia el agujero del techo, pues el desagüe estaba completamente obstruido por una mezcla de lodo viejo que se había solidificado hasta volverse casi una roca, por lo que no tuvo más remedio que romper el desagüe de un golpe con el puño, permitiendo que el agua empezara a fluir.
La tormenta acarreaba consigo muchas ramas que arrancaba de los árboles cercanos y hojas que viajaban con el agua en el viento, por lo que aún con la visión nocturna de tigresa, la fuerte lluvia, el viento y las hojas que se le pegaban al rostro le dificultaban encontrar el lugar donde se había vencido el techo.
Cúando por fin lo encontró, reparó la ruptura lo más rápido que pudó y le dio la señal a Po para que enderezara las vigas y las atara.
Acto seguido se recargo sobre la superficie para comprobar que no volvería a caer durante la noche y volvío a bajar para entrar al molino usando la ventana por la que habían llegado.
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Sorpresas entre guerreros
أدب الهواةPo ha regresado al palacio de Jade después de salvar al mundo junto a la Cuchilla Errante. De vuelta en el valle de la Paz, situaciones empiezan a salir a la luz entre él y Tigresa que eran ignoradas por ellos mismos. Nuevos problemas azotaran a Ch...