Sorpresas entre guerreros

CAPÍTULO 38: LA CAPTURA

Baijiu¹: bebida alcohólica tradicional china. El término "baijiu" se traduce literalmente como "licor blanco", y es una de las bebidas espirituosas más consumidas en China. Es conocido por su alto contenido de alcohol y su sabor distintivo.

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Puerto de Canton. Actualidad

Habían pasado tres horas desde que el sol logró despertar completamente.

Escondidos entre las permanentemente húmedas vigas del techo de aquella oficina de diseño hexagonal, construida sobre una base de pilotes de madera y con paredes del mismo material, donde las únicas dos ventilaciones existentes eran la puerta y una vieja ventana con vista hacia los canales que conducían a los diferentes muelles, Víbora, Tigresa y Mantis permanecían ocultos entre las vigas que sostenían la vieja y oscura techumbre.

—¿Cuánto tiempo tardarán en aparecer? — preguntó Mantis mientras se secaba la pequeña gota de sudor de la frente —Hace demasiado calor aquí, ¿no dijiste que Heng aparecería pronto?

—Eso fue lo que los guardias dijeron — respondió Víbora tratando de encontrar entre los viejos tablones algún orificio que pudiera usar para respirar algo de aire menos caliente que el del rincón donde se encontraba.

—¡Chicos! — escucharon decir a Grulla desde el exterior — El capitán está listo para zarpar, el barco está anclado en el muelle principal a unos cuatrocientos metros de aquí

—Bien... —intentó responder Tigresa cuando Mantis los interrumpió:

—¡Shh!, alguien viene.

Un par de voces se escucharon acercarse por el pasillo qué conectaba aquella choza con el resto de la casa. Sin perder tiempo, Grulla reaccionó volando hacia la copa del árbol que se encontraba contigua a la ventana para ocultarse entre el espeso follaje.

Tan pronto como Grulla desapareció, un acelerado y nervioso conejo entró repentinamente en la oficina preparándola para la llegada de alguien; con movimientos veloces y precisos tomó una de las botellas que se encontraba sobre la estantería y la destapó para servir uno de los pequeños vasos que había entre los desordenados pergaminos a medio desplegar sobre la mesa más grande. El penetrante olor que emanaba de aquella botella era inconfundible; baijiu¹, de mucho menor calidad que el que ofrecían durante los más importantes banquetes del palacio de Jade. Ordenó ligeramente los muebles para despejar la entrada y poner el sitio más presentable. Incluso sacudió ligeramente el que debía ser el escritorio principal, desde donde Heng dirigía todas sus operaciones criminales.

Fue cuando más pasos se escucharon acercándose por el elevado puente. Aquel conejo al escucharlos, rápidamente sacó una pequeña libreta de entre sus ropas y la abrió justo a la mitad. Tomó la botella de aquel oloroso licor y listó a recibirle, se dirigió a la puerta alisando un poco sus ropas.

—Buen día Señor —saludó el conejo al abrir la puerta.

—Hola Shun, ¿Qué tenemos hoy?

Aunque los guerreros permanecieron en completo silencio al ver ingresar a aquel cerdo, manteniéndose enfocada en su objetivo, Tigresa tuvo un sobresalto para sus adentros al reconocer a aquel tipo:  el chaleco desgastado y los pantalones negros que vestía habían evocado en ella el recuerdo de la primera vez que ambos se habían cruzado. Se trataba del mismo cerdo qué había visto en el valle de la paz antes de que todo este asunto de la enfermedad y la guerra aparecieran en su vida, aquel día en que como solían hacerlo, ella y su equipo simplemente habían decidido ir a pasar la tarde en grupo al restaurante del Sr. Ping.