CAPÍTULO 29

681 43 26
                                    

Cuando la onda de Chi empezó a disiparse, Tigresa se incorporó deprisa para ayudar a Finley a dar los últimos pasos para salir del cañón y lograr llegar hasta el inicio del difuminado bosque donde el resto de los chicos se encontraban:

-Estoy mejor -pronunció Finley conteniendo un quejido para intentar avanzar por si mismo -Puedo hacerlo.

-No es momento para ser orgulloso - le reprimió Tigresa sin apartarse de él. Era evidente por sus muecas qué no sería capaz de avanzar un metro por cuenta propia.

Mientras su compañero era asistido por la maestra Tigresa, Cuchilla necesitó un momento para reaccionar después de lo que había visto hacer a Po: ni siquiera cuando vio que logró controlar las cuatro armas de Tiang Shang imaginó que tuviera un poder tan grande como el que acababa de presenciar.

Mientras Tigresa salía de ahí con Finley, Po terminaba de efectuar aquel movimiento con una reverencia en la que poco a poco sus manos volvían a su posición inicial: era como si estuviera conociéndolo de nuevo por primera vez.
Cuchilla permanecía atónita levantándose con lentitud mientras veía desde la distancia al guerrero dragón finalizar aquel golpe especial y no fue hasta que escuchó la voz de Mantis a la distancia que reaccionó; tomó de nuevo ambas espadas y salió del lugar para ir detrás de Finley y Tigresa:

-¡Por aquí! - Mantis hacia señales desde la distancia al ver al par de felinos salir del cañón.
Tan pronto notaron qué Tigresa cargaba con el caballero herido, Grulla salió en su ayuda ocupando el lugar que antes tenia Cuchilla en el otro brazo de Finley.

El sol empezaba a desaparecer entre las nubes oscuras de tormenta que se adueñaban cada vez más del cielo, mismas que acarreaba consigo relámpagos y sonidos de truenos.

-¿Donde está Po? -Preguntaron Víbora y Mono después de que Tigresa llegará hasta ellos.

-Sigue en el cañón -respondió ella dejando en el suelo al herido para luego voltear hacia aquel sitio donde aún quedaban en el cielo algunos resquicios de Chi iluminándolo al tiempo que Mantis saltaba de inmediato sobre Finley para evaluar sus lesiones.

-¿Que fue lo que paso? - el asombro y preocupación en la voz de Víbora no pasaron desapercibidos; la armadura de Finley estaba completamente abollada.

-Lo embistió un rinoceronte - explicó Tigresa en lugar del caballero mientras ayudaba a Mono a retirarle el deformado peto de metal para ayudarle a respirar.

Al salir de los grandes muros de roca un frío ventarrón recibió a Cuchilla junto con una oleada de hojas que habían sido arrancadas de los árboles del bosque. Siguiendo con la mirada la trayectoria de aquellas hojas, dio con los cinco furiosos qué encontraban dando asistencia a Finley. Dio un último vistazo al cañón: Po ya se encontraba en camino hacia ellos, así que ella también fue hacia los demás.

-No parece estar rota - informó Mantis después de terminar su examinación -pero definitivamente no podrá seguir hasta Gongmen.

En ese momento Po también se unía a ellos luego de haber abandonado por fin el cañón. Las primeras gotas de lluvia empezaban a sentirse en el ambiente, cada vez más gruesas y más constantes.

-No podemos quedarnos aquí, estamos muy expuestos - dijo Cuchilla al grupo luego de que todos voltearan al cielo al sentir las gotas caer - ¿Puedes hacer algo para que mejore? - preguntó Cuchilla a Mantis.

-Pónganlo de lado

Po ayudó a Cuchilla a sostener a Finley sobre su costado de tal forma que Mantis tenía libre la espalda del caballero para trabajar sobre los puntos de presión. Después de tomarse unos cuantos segundos para analizar la anatomía del león, encontró los puntos exactos y con golpecillos precisos y profundos halló los nervios que servirían para aminorar el dolor.

Sorpresas entre guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora