CAPÍTULO 21

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Después de la cena y de que Finley se hubiese instalado en su habitación, Po acompaño a los caballeros hasta sus piezas, luego fingió salir de las barracas con dirección hacia el pueblo.

Una vez que se aseguró de que los chicos no pudieran verlo, subió a uno de los árboles qué había a las afueras de las barracas para esperar el momento en que la luz de las habitaciones, pero sobre todo la suya, donde Finley se encontraba, se apagará para poder regresar a hacer guardia, así tuviera que pasar la noche en aquel suelo.

Al estar oculto en las ramas de aquel arbol, mientras esperaba pudó ver a Grulla saliendo de las barracas hacia el bosque.

"¿A donde ira?" Se cuestionó Po mientras lo veía desaparecer entre follaje de los arbustos.
Una parte de él quiso seguirlo, pero recordó cuál era su objetivo esa noche, así que renunciando a la curiosidad de averiguar cual seria la aventura de su amigo se mantuvó en aquella rama hasta que llegó el momento de bajar y volvér a entrar en las barracas.

Una vez ahí, se escondió al final del corredor esperando no tener que ver salir y acercarse a Tigresa al amigo de Cuchilla.

-No sabía que era hora de jugar a las escondidas - pronunció Tigresa detrás de él.

Había olvidado que solía meditar en la oscuridad antes de dormir.

- ¡Wow! Jeje...Tigresa... ¿No estabas dormida? - Preguntó muy sobresaltado el panda.

-La ventana de la cocina estaba abierta y fui a cerrarla ¿Qué estás haciendo ahí? -

-¿Yo? Eh... Solo vine por una manta, las que tenemos en casa están algo gastadas -fue la primera excusa qué se le ocurrió.

-¿Subiste las escaleras de nuevo... Solo por una manta? -Tigresa lo miró levantando una ceja y cruzandose de brazos ante aquella increíble explicación.

Po solo respondió con una sonrisa nerviosa, cuando la luz de un relámpago iluminó las barracas seguida de un gran estruendo. Ambos miraron hacia arriba analizando lo que pasaba.

-Sígueme - habló tigresa después de que sonido del trueno se hubiese disipado.

-¿Qué? - respondió Po muy confundido.

-No puedes volver al pueblo con una tormenta, resbalarias antes de llegar al tercer escalón -

Po se incorporó y caminó detrás de ella hasta que ambos ingresaron de nuevo en la habitación de Tigresa.

Después de haber instalado de nuevo la improvisada cama para el panda, Tigresa se limitó a darle las buenas noches y no tardó mucho en quedarse dormida.
Po sin embargo permaneció aquella noche casi entera con los ojos abiertos, obligándose a despertar cuando sentía que el sueño lo vencía. Fue hasta pasadas unas cuantas horas qué el panda no resistió más y terminó cediendo ante el cansancio y escosor de sus ojos.

Despertó por la luz de la mañana golpeando en su rostro.

-¿Tigresa? - la buscó en la habitación al ver que se encontraba solo.

Salió al corredor para buscar al resto de sus amigos o al maestro shifu, pero no tuvo éxito; las barracas estaban completamente vacías.

¿En donde están todos? Pensó después de haber ido a la cocina y tampoco tener éxito en su búsqueda.
Busco en el salón de entrenamientos, en los jardines e incluso en el durazno de la sabiduría celestial pero en ninguno tuvo éxito. El último lugar que faltaba por revisar era el salón sagrado de los guerreros.

Con desesperación se dirigió hacia la parte principal del palacio con la esperanza de encontrar respuestas sobre lo que estaba pasando a su alrededor. Corrió para rodear el palacio y llegar a la entrada principal.

Sorpresas entre guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora