Ciudad Prohibida en Pekín, 28 años antes del presente
Después de abandonar el complejo de la exuberancia, la mente del maestro Rino se había convertido en un agitado mar de ideas que chocaban constantemente unas con otras tratando de trazar un plan prudente y efectivo para mantener a salvo tanto a su amigo como al nuevo miembro de la familia real; ¿como se suponía que debía actuar? Es decir, Rino sabía perfectamente lo que había escuchado en voz de los ministros:
"será el nuevo emperador quien se encargue de ella..."
¡¿Qué rayos significaba eso?!
A pesar de que la convivencia del maestro con el príncipe Zaho distaba mucho de ser la mitad de buena como lo era con Li Feng, en gran parte debido a la actitud rigurosa que el consejo de los seis había tomado hacia el pequeño luego de la muerte de su madre, Rino no podía evitar guardar aprecio por el muchacho, no solo por el hecho de haberse convertido en un fiel retrato de Zhiqiang cuando eran jóvenes, sino también por el recuerdo constante que despertaba en él de su propio hijo. A pesar de la diferencia de edad que había entre ellos existían rasgos en la personalidad del príncipe que Rino veía replicarse a su propia manera en su hijo, pues ambos jóvenes se encontraban en la etapa de sus vidas en la que el poder definir quienes eran y encontrar su propio camino representaba un reto personal de enormes dimensiones, sobre todo cuando se sentían presionados por las expectativas que en ellos recaían al ser hijos de personajes tan reconocidos.
Era una de las razones por las cuales tenía al menos un año de no ver a su hijo, después de que este decidiera emprender un recorrido por China "en busca de su propia gloria".
Sin importar cómo hubieran ocurrido las cosas en su familia, no era el momento para dar paso a ideas absurdas sobre su muchacho. No, por más grande que fueran los conflictos de su hijo, Rino sabía que lo había preparado de la manera correcta para afrontarlos, él lograría hallar su propio camino. Zaho en cambio, a pesar de haber crecido entre tutores y con toda la educación que su cuna le exigía, carecía de algo que había desaparecido con la muerte de su madre; guía. Después de un par de exhalaciones y alejando los recuerdos que a su mente llegaban sobre su propia familia, Rino siguió caminando por las callejuelas de la ciudad prohibida para poder llegar una vez más a la morada de su amigo. Fueran como fueran las cosas con el hermano de Li Feng, tenía que obligarse a pensar con la cabeza fría, aunque eso implicará considerar la triste y dura posibilidad de que aquel muchacho atentase contra su propia familia. No era una idea fácil de aceptar, sin embargo, dejaba de sonar como algo increíble o imposible cuando recordaba el rechazo que los seis ministros habían manifestado a la idea de su majestad para dejar el imperio en manos de su primogénita, situación que aunada a la relación distante que sabía existía entre los hijos de Zhiqiang hacía que incluso aquella conspiración cobrase sentido.
¿Pero qué había de los tres altos mandos? Aunque la conversación que había escuchado el día en que descubrió aquella conspiración no aseguraba de ninguna manera que algunos de ellos estuvieran involucrados en aquel plan, haber visto entrar al secretario Rong en el lugar donde se gestaba aquel golpe contra el emperador resultaba demasiado sospechoso como para poder descartar su participación. Sin embargo, los ministros no habían mencionado nada respecto al comandante Shin o al canciller Yongzheng, y por lo poco que había logrado escuchar al respecto, recién consideraban la idea de pedirles su participación y ayuda para hacer nombrar a Zaho como emperador. Si los ancianos del consejo no se habían reunido con los tres altos mandos, tal vez aún contaba con la posibilidad de encontrar ayuda en el canciller o el comandante, después de todo habían sido los primeros en manifestarse a favor de la princesa. Además, de haber cambiado su opinión durante todos estos años, no habrían permanecido al lado de Li Feng, guiándola y trabajando con ella cuando su padre se mantenía demasiado ocupado o desde que había enfermado. Quizás podría considerar acudir a ellos, tal como Li Feng lo había dicho, sólo tenía que pensar con cautela a quien acudiría en primera instancia.
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Sorpresas entre guerreros
FanficPo ha regresado al palacio de Jade después de salvar al mundo junto a la Cuchilla Errante. De vuelta en el valle de la Paz, situaciones empiezan a salir a la luz entre él y Tigresa que eran ignoradas por ellos mismos. Nuevos problemas azotaran a Ch...