CAPÍTULO 5

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Víbora había llegado al atardecer a las afueras del pueblo donde vivían sus padres. Tenía mucho tiempo que no hiba de visita, por lo que estaba muy emocionada de estar ahí.
Apresuró su andar para llegar lo más pronto posible a la fiesta de cumpleaños de su hermana, pero cuando empezó a adentrarse en el pueblo, pudo notar que algo se veía diferente: las calles estaban más vacías de lo habitual y muchos comercios se encontraban cerrados.

- Que extraño, ¿donde estará el resto del pueblo? Aún es temprano...

Siguio avanzando para llegar casa de su familia. Subió la colina en la que esta se encontraba y llamó a la puerta esperando ser recibida con la alegría de siempre por su madre o su padre.
Tardaron en contestar a su llamado, fué la voz de su padre la que escuchó del otro lado de la puerta, que no se abrió.

- ¿Quien es? - preguntó su padre

- Padre soy yo, Víbora. Estoy en casa. - respondió Víbora alegré esperando que la puerta se abriera y su padre la dejará seguir dentro de su antigua morada, pero eso no ocurrió.

- ¿Víbora? ¿De verdad eres tú? No es posible ¿Que estás haciendo aquí? - preguntó su padre con tono de gran desconcierto y preocupación

- Si padre, vine para el cumpleaños de Jie -

La puerta seguía sin abrirse y víbora no entendía lo que sucedía.

- Víbora hija siento mucho que hayas venido hasta aquí, pero no puedes quedarte, tienes que irte lo más pronto posible. Regresa al Palacio de Jade con tus amigos y no vuelvas a este pueblo en un buen tiempo. Nosotros te buscaremos en cuanto las cosas mejoren,te lo prometo.

- ¿Qué? Padre ¿qué estás diciendo? Explícame que es lo que está pasando.

- Hay una enfermedad en el pueblo, empezó hace unos meses y ahora se está saliendo de control, tu hermana Yun bajo hace dos semanas al pueblo y parece que también enfermó. Hace tres días su piel empezó a sentirse más caliente y se ha sentido cansada. Tu madre se queda con ella y la cuida, Jie y yo estamos durmiendo en la parte de abajo de la casa y nos hacemos cargo de de la comida y la limpieza.
Víbora, lo mejor será que te vayas, es muy arriesgado que permanezcas aquí. No cruces por el pueblo, ahí hay muchos enfermos, regresa rodeando por el rio.

- Pero padre ...

- Víbora no insistas, lo mejor será que te protejas regresando al Palacio de Jade. Ahí estarás segura.

- Está bien padre. ¿Puedo hablar con Jie antes de irme? Me gustaría decirle un par de cosas, después de todo vine aquí por su cumpleaños - dijó la guerrera mientras esbozaba un sonrisa triste mirando el regalo que llevaba en su bolsa.

Su padre llamo a su pequeña hermana, quien la saludo muy alegre a través de la puerta.

- ¡VÍVORA! ¡Si veniste, te acordaste de mi cumpleaños! - se escuchó decir a una pequeña viborita muy ilusionada del otro lado de la puerta.

- ¡Hola pequeña Jie! Claro que recordé tu cumpleaños, jamás me olvidaría de tí linda. Cuéntame ¿Cómo están todos?

- Yun no sé siente muy bien, mamá está cuidando de ella. Papa y yo pasamos mucho tiempo juntos, cocinamos y jugamos por las tardes, pero no me gusta su sopa de fideos. Sabe muy salada.

Víbora no pudo evitar reír un poco por ese último comentario de su hermanita

- Jie, traigo unos regalos para ti, me gustaría dartelos yo misma, pero no puedo hacerlo, así que los dejaré aquí en la ventana y podrás salir a recogerlos en cuanto me vaya ¿de acuerdo?

Le dijó Víbora a su hermana mientras dejaba la bolsa que cargaba consigo en la ventana de la casa de sus padres. Su hermana preguntó triste sin entender lo que su hermana decía:

Sorpresas entre guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora