CAPÍTULO 10

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A la mañana siguiente los guerreros despertaron y después de haber desayunado, ambos estuvieron de acuerdo en que contaban con la información suficiente para regresar al palacio de Jade.

—Si nos vamos antes del medio día estaremos en el valle antes del atardecer —calculaba tigresa en voz alta desde su habitación mientras guardaba sus pertenencias en su mochila.

Po la escuchaba desde su habitación mientras también guardaba sus cosas

—Dejemos las mochilas aquí y vayamos a avisarle a mi padre y a la doctora que nos iremos en una hora, solo para comprobar que no nos falta ningún detalle — añadió Po al plan para esa mañana.

Los dos guerreros salieron y se dirijieron primero al despacho del jefe de la aldea. Su estancia ahí fue breve pues no quedaba mucho que discutir, así que después de despedirse, fueron al hospital para ver a la doctora Ting, quien al encontrarse ocupada con los enfermos sólo pudo despedirse desde lejos por una de las ventanas.
Cuando estaban por ir a buscar sus cosas, el grupo de niños que los había recibido, vio a los guerreros y fueron corriendo hacia ellos:

—¡Po! — gritó Bao para llamar la atención de los guerreros.

—¡Ah, hola niños! — dijo Po al verlos

—Ayer prometiste que jugarias con nosotros— dijo el más pequeño esperando que en ese momento Po cumpliera su promesa.

—¡Cierto! — respondió divertido —Tigresa, iré a enseñarles a estos niños como se debe patear y te alcanzaré en unos momentos ¿ok? — le dijo a su amiga mientras se hiba con los niños.

«Espero que vuelva a tiempo, si no tendré que venir a buscarlo cargando con sus cosas o perderemos horas de viaje»

Pensó la felina mientras veía a su amigo irse a jugar con los niños.

«Supongo que yo podría ir a despedirme de Lei Lei mientras Po se divierte»

Tigresa se fue a buscar a su pequeña amiga para pasar con ella el tiempo que Po estaría jugando con los niños, pues no quería quedarse en la choza esperándolo sentada, además disfrutaba convivir con la pequeña pandita.

—¿Apuesto a que no conocían ese truco eh niños? — dijo Po después de haber lanzado el pequeño juguete en el aire con una patada y haberlo recibido con otra imitando los movimientos había hecho con la gota de agua cuando había encontrado la paz interior, sólo que usando las piernas en lugar de los brazos—

—¡WOW¡ — exclamaron asombrados los niños al ver el truco del guerrero dragón

—¡¿Como lo hiciste?! — preguntó uno de los niños -

—Bueno niños necesitan algo llamado paz interior —

—¿Qué? — preguntaron los cuatro niños al mismo tiempo.

Po se arrodilló para explicarles a los niños lo que era y los caminos que cada uno podía seguir para llegar a ella.
Mientras Po se encontraba hablando con los pequeños acerca de kung fu y haciendo algunas demostraciones de movimientos, Mei Mei había aparecido por el mismo camino por el que Po y tigresa habían llegado, sólo que seguía sin saber de la presencia de Tigresa en la aldea.

No desaprovechó esa oportunidad para acercarse al hijo del jefe, así que antes de dirigirse hacia donde estaba Po, se tomó unos segundos para arreglarse un poco el vestido y practicar sus ademanes, luego se encaminó hacia donde él estaba con los niños, que ya jugaban entre ellos practicando los movimientos que Po les había enseñado y fingió chocar accidentalmente con él:

—¡Lo siento, disculpame! — dijo apenado Po sin estar seguro de a quien le pedía disculpas — no vi por donde estaba... — en ese momento se dio cuenta de que la persona con quien había chocado era Mei Mei

Sorpresas entre guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora