Capítulo 58

451 45 5
                                    

—Compermiso,— Se excusó Shoji mientras deslizaba la vieja puerta de madera hacia un lado. Era temprano por la mañana. Las aves daban sus corazones en una melodía ferviente de adoración y amor. El sol miraba a través de las colinas con curiosidad, sonriéndole de manera cálida al valle. Era encantador. Una mañana realmente encantadora. Sin embargo, incluso las bonitas mañanas habían sido excusa de (Nombre) para beber. Debido a esto, Shoji había adaptado una rutina muy precisa, donde cada mañana—usualmente a las diez de la mañana—entraba por aquella puerta para asegurarse que (Nombre) no haya caído en un coma etílico.

Hace dos días atrás, durante la silenciosa noche del campo, había dejado a la chica de vuelta en su hogar. Sin embargo, en comparación con todas las otras veces en que había hecho exactamente lo mismo, esta vez había alguien esperándola. Era un chico. Sus ojos miraban hacia el suelo, y estaba sentado en el porche, esperándola. Cuando aparcó su auto, dejando que (Nombre) bajara y se adentrará en su casa lo noto. El chico lo miró de una manera extraña. Había cierta amenaza detrás de sus orbes escarlata, mirándolo como si hubiese cometido un crimen.

Por otro lado, el negó con la cabeza con levedad. Podrá no tener ninguna idea acerca del romance, o los celos, pero sintió que era lo correcto de hacer. Sintió que era correcto negar la cabeza, dándole una señal al joven de que no había por qué tomarlo como un enemigo o por alguien que quería aprovecharse de la joven borracha.

No había sido capaz de ir a ver a la chica el día después de eso, pues había ido a ver a uno de sus amigos al hospital. Dios santo, su pequeño pueblito comenzaba a ser interesante después de encantadores años de tranquilidad.

Esta mañana, por otro lado, fue recibido con una grata sorpresa pues al adentrarse en la casa fue recibido con el aroma de comida haciéndose en la estufa. Escuchaba con claridad la carne friéndose en un sartén, muy dentro de la cocina. Era un cambio tan pequeño, y aún así ese pequeño detalle fue suficiente para hacerlo sonreír. (Nombre) finalmente comenzaba a tomar las riendas de su vida. Era un alivio.

Sin embargo, al sentir las vibraciones en el piso sus pensamientos se detuvieron. Los pasos en la cocina eran diferentes a los de su amiga. Las vibraciones eran completamente diferentes. Eran fuertes, toscas, y, sin embargo, no podía escucharlas. Parecía hacer su mejor esfuerzo para no hacer mucho ruido. Las pisadas de (Nombre) solían ser rítmicas, un poco perezosas si era honesto, sin mencionar que tambaleaba la mayoría de las veces, pero estas pisadas eran determinadas. Firmes. Pesadas. Era un hombre.

Shoji decidió averiguar. Solo quería asegurarse de que todo estaba bien. Digo, (Nombre) es una mujer joven que vive sola en medio de la nada, nadie la culparía en realidad.

Apenas entró en la sala de estar, sus ojos se posaron en una figura. Había un futón que había sido colocado en la sala. Ahí, los cabellos rubios alborotados de su amiga estaban esparcidos por todos lados. Sentía la vibración rítmica de su respiración en el suelo. parecía estar dormida profundamente. Su espalda estaba descubierta, y eso fue lo único que necesito ver para sentirse fuera de lugar.

"Tuve que quedarme en casa" Pensó con clara incomodidad, arrepintiéndose de todas las decisiones en su vida antes de esa. ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿Por qué hoy? ¿Por qué se levantó de la cama ese día?

Joder.

El pobre joven de mascarilla azul celeste se planteó por un segundo si adentrarse más al lugar era una idea inteligente.

No necesitaba preguntar para saber qué había pasado, con tan solo ver a su pobre amiga, esa llena de marcas y chupetones, mordidas y arañazos.

"Guarden algo para el matrimonio" Pensó por un segundo, intentando deshacerse de los grandes nervios a flor de piel que tenía. Solo quería ver quien estaba en la cocina. Si todo estaba bien y si no había nada quemándose ahí entonces se iría tan rápido como se lo permitieran sus piernas. Solo quería asegurarse de que todo estaba bien. Mientras más rápido mejor.

Y eso hizo. Fue a revisar.

¿Qué encontró? Un chico en ropa interior está cocinando un gran desayuno. La verdad, olía bastante bien y se veía aún mejor. No había desayunado y tampoco había cenado el día anterior. Estaba muy ocupado preocupándose por varias personas al mismo tiempo. ¿Quién podría cenar en momentos como esos?

—Disculpa,—Se excuso. Si. Era incómodo.

—¡Maldita cucaracha, ¿tu otra vez? ¿Quién carajos eres? ¿Qué mierda haces aquí?!— Cuestionó el mitad pomeranian con altanería y rabia. Para alguien que gritaba a susurros y le apuntaba con una espátula como si fuera un cuchillo, la verdad es que no se veía para nada intimidante, sin mencionar la diferencia abismal entre sus estaturas.

—Shoji Mezo, bartender local.— El pobre chico de mascarilla se inclinó, mientras que con una de sus manos libres le estrechaba la mano a Katsuki. Una manera extraña de presentarse, pero no menos encantadora. De igual manera que el híbrido de can, Shoji mantenía el volumen de su voz bastante bajo, intentando no despertar a su amiga. —He cuidado de (Nombre) desde que llegó al pueblo.—

Katsuki no parecía convencido. Por el contrario, quería mostrar sus dientes a diestra y siniestra, únicamente para demostrar que la rubia no necesitaba de nadie más para cuidarla. Pero no podía hacer eso, porque aunque su orgullo le dijera que su deber era marcar territorio, la verdad es que se sentía aliviado de que alguien más se haya asegurado de que la joven se mantuviera sana y salva. Estaba feliz que (Nombre) haya encontrado un nuevo amigo, Seria un puto bastardo si le quitara eso a la chica que ama.

Si alguien se merecía tener una persona así en su vida era (Nombre)... ¿QUÉ CARAJOS? (NOMBRE) SE MERECÍA QUE TODAS LAS PERSONAS EN SU VIDA FUERAN ASÍ. QUE TODOS SUS AMIGOS LA CUIDARAN Y ATESORARAN COMO PERSONA.

La rubia se merecía que todos fueran amables, genuinos y responsables. Que le ayudaran en su etapa más baja, y que no la juzgaran por ello. Podía que no le gustara a su orgullo, pero eso era lo de menos. Su orgullo no importaba cuando se trataba de (Nombre).

El mitad pomeranian suspiro con pesadez, y luego alzó la mirada de vuelta.

—Joder.— Soltó debajo de su aliento, —¿Vas a quedarte a desayunar?

Híbrido!  Katsuki Bakugou x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora