Capítulo 23

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La chica olisqueaba levemente al contrario llena de tranquilidad. Los finales de este semestre estaban listos, entregados, calificados y perfectos, por lo que estaba lista para disfrutar toda la tarde con su querido híbrido, quien estaba acostado en el sofá con la contraria encima de él. (Nombre) paseaba su dedo índice por el pecho marcado del rubio tranquilamente, lo cual, aunque ella no lo supiera, al contrario le ponía los pelos de punta. Si, para este punto de la historia, los deseos físicos de ambos se comienzan a hacer presentes, pero aún no son nada. Nunca han discutido que son, porque, incluso para ellos, sería difícil de explicar.

De cualquier manera, ya habían pasado sus finales, no había de qué preocuparse por ahora. Finalmente era capaz de acurrucarse con su híbrido y ver una película juntos en tranquilidad. “La teoría del todo” estaba reproduciendose en Netflix, una película respecto a un científico reconocido del cual, aunque no sepan de ciencia, seguramente ya habrán escuchado su nombre: Stephen Hawkins.

Perdiéndose un poco en sus pensamientos, (Nombre) dejó de mover su dedo causando que la cola del rubio dejara de moverse levemente, y él pudiera, finalmente, concentrarse en la película.

Ahora que pensaba al respecto, Hawkins dejó un gran legado. Dejó un mundo en el cual su huella estaba por todos lados: películas, libros, investigaciones, premios… ¿Cuál sería el legado de Katsuki? Nunca había pensado en eso. Nunca ha preguntado si había algo que quisiera hacer antes de morir, o si quería dejar su huella en el mundo. Si quería ser alguien especial al cual mencionen en los libros de historia o de ciencia. En los periódicos o revistas. ¿Él estaba bien con solo ser una ama de casa para una universitaria?  

—Katsuki, ¿Nunca has pensado en ir a la universidad?— Soltó abruptamente justo cuando salió de sus pensamientos. —Digo, seguramente te estresas mucho por quedarte en casa, y no me gustaría que eso sea todo lo que hagas en tu vida. ¿No tienes ningún lugar en el que quieras trabajar?— Pregunto la chica, casi en un murmullo intentando no terminar con aquel ambiente tan relajante y ligero que los rodeaba, pero su voz, suave y casi en un susurro, había hecho que las orejas del rubio se sacudieran un par de veces. Bakugō sabía que no era un tono seductor, pero había sonado como tal. Tragó duro. 

Escuela… Nunca había pensado en eso. Recordaba que le habían enseñado en casa, por una gran parte de su niñez, fuera de eso, no recordaba haber tomado mucha escuela. Hubiera sido agradable el haber ido a la secundaria, o a la preparatoria. La universidad. No es como si fuera tonto o ingenuo, pero la educación es una de las cosas que no había obtenido, y una de las cosas que desearia añorar, pero, para eso tendria que decidir que quiere estudiar y tendria que preguntar si es que lograria entrar a una escuela sin haber pasado por secundaria y preparatoria. Ya estaba harto de tener que preguntarle a (Nombre) distintos símbolos que él no reconocía, y por esa misma razón quisiera tener una educación más avanzada. No entendía mucho kanji, y agradecía que (Nombre) fuese tan paciente con él, pero su amabilidad no siempre estaría a su lado.

—Nunca lo había considerado. Nunca pensé que podría ir a la jodida universidad en mi puta vida. Digo, joder, pensé que moriría mucho antes de llegar a los malditos veinte.— Al ver como los ojos zafiro de la chica lo miraban con tal atención el contrario no pudo evitar cerrar sus ojos para tratar de detener ese contacto visual él cual lo comenzaba a poner nervioso, a lo que (Nombre) sonrió comprensivamente y comenzó a pasar su dedo índice por el pecho del chico, justo como hace un momento. Intentaba mantenerlo en la realidad. Recordarle que ahora su vida era distinta. Recordarle que no debía de preocuparse. Recordarle que ahora la tenía a ella, y ella lo tenía a él.

—Te ayudaré a entrar a la universidad si quieres hacerlo. Solo... no quiero que te quedes aquí pensando que esto es todo lo que puedes hacer para vivir, porque no lo es. Todos sabemos que el mundo necesita escuchar tu nombre y retorcerse al saber que un híbrido logró hacer tanto como tú harás.— Dijo la chica. Su tono de voz, tan sereno y cercano a él, provocó que una sonrisa ladina y llena de orgullo se dibujara en su rostro. No pudo evitar sentirse agradecido de que aquella rubia de ojos azules y tremenda serenidad siempre intentará que él se volviera la mejor versión de sí mismo. Sin ella tal vez nunca hubiese podido entender que la vida es un periodo de tiempo en el que lo único que se puede hacer es mejorar, porque, al solo tener una, no hay que desperdiciarla.

La cola del híbrido se movió ligeramente, llena de emoción la cual él nunca se permitiría demostrar, pero que, seguramente, la chica podía oler y sentir en él ambiente. Era tan extraño saber que su olor ahora lo delata. Delata lo que siente…

El chico abrió uno de sus ojos, observando detenidamente cada una de las facciones en el perfecto rostro de la chica. Sus labios rosados, los cuales formaban una línea, sus ojos brillantes viéndolo, y sus nervios a flor de piel. Se le notaba preocupada, y, por esa misma razón, el contrario decidió que sería mucho mejor que estuviera confundida, a que estuviera preocupada. Poco tardó para hacer que la chica tuviera su espalda contra el sofá, y él estuviera justo encima de ella. Sus manos a los costados de la cara de la contraria, y una confundida y sonrojada (Nombre) debajo de él.

—Dejaré mi maldita huella por todo este jodido mundo, pero, hasta que eso suceda… hasta que yo encuentre qué quiero hacer con mi vida, deberás permitirme cuidar de ti...— Dijo. Su ceño levemente fruncido, y su cola enroscada demostraban aquellos nervios los cuales no planeaba mostrar, y los cuales (Nombre) no lograba oler debido a que su mente comenzaba a hacerse un lío rápidamente. —Quiero estar aquí cada maldita mañana en la que despierte y cada miertera noche en la que me vaya a dormir. Quiero que este sea mi hogar y que mi hogar sea donde tú estes.— Hablo el rubio de manera ronca mientras que sus ojos, tan imponentes y serios veían fijamente a la chica.  

Finalmente, y después de tantos capítulos, estampo sus labios con los de la chica.

Híbrido!  Katsuki Bakugou x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora