Capítulo 16

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(Advertencia: Este capítulo contiene contenidos sexuales explícitos, se recomienda discreción, aunque estoy muy segura de que van a leerlo de cualquier manera porque todas son unas almas impuras y pecadoras. También hay un salto en el tiempo desde que los echaron del departamento)

El miembro palpitante del chico estaba posado entre los glúteos de (Nombre), mientras su cola se movía incesantemente de un lado al otro. Estaba impaciente. Simplemente no podía esperar un segundo más para comenzar a embestir a la chica, quien por ahora solamente dejaba que el contrario la tocara y jugara con cada una de sus zonas sensibles. Tomado fuertemente de su cintura, asombrado con su figura, y maravillado con su suave piel, el chico jadeaba deseoso de lograr probar más de ella. De lograr pasar sus manos por cada centímetro de su cuerpo. De lograr mantener sus dientes mordiendo ligeramente el lóbulo de la rubia de aquella manera erótica. Deseaba que tú fueras la única mujer con la cual el pudiese acercarse de esa manera.

Mientras tanto, la contraria no era capaz de describir aquel inmenso placer que recorría cada célula de su cuerpo. No estaba segura de como, pero Katsuki había hecho que dejara de pensar acerca de cualquier otra cosa que no fuera él. Simplemente no podía controlar las reacciones de su cuerpo. No podía impedir que su espalda se curvara de aquella manera tan antinatural derivada por el placer. No podía controlar la contracción de sus músculos. No podía controlar el que sus caderas se movieran de aquel modo tan coordinado con las del chico solo para lograr sentirlo más adentro de si. No podía dejar de salivar ni de hacer aquellos sonidos tan indecorosos. No podía dejar de temblar a cada vez que el chico pasaba su dedo indice por su columna de una manera que solo él sabia hacer. No quería parar.

Bakugo, deseoso de explorar aún más su interior, le dio la vuelta al cuerpo de (Nombre). Sus vistas chocaron, y era bastante evidente lo que sucedía: eran un par de personas deseosas de placer y llenas de lujuria la cual nunca antes habían podido demostrarle a nadie más. Las piernas de la rubia, ahora abiertas y aferradas a la cintura del chico, impidiéndole separarse, lo prendía tanto que dudaba poder dejar de embestirla. Sonidos obscenos y eróticos hacían un eco delicioso en la habitación, y, evidentemente, el escuchar tu dulce voz haciendo aquellos sonidos tan impropios e indecentes solamente por él, le hacían pensar que todo lo que alguna vez vivió para llegar hasta este punto había valido la pena. El no estaba solamente teniendo sexo. El estaba haciéndole el amor... y lo estaba haciendo muy bien.

Antes de continuar con este sexo de fantasía... El chico despertó. Suspiro pesadamente. "Joder" Censo. Ese dolor recorriendolo, y el calor abrazador el cual no le dejaba siquiera respirar, lo había tomado desprevenido. "Mierda, a penas puedo respirar" Murmuro por debajo de su aliento, mientras que su respiración se hacía más escandalosa y entre cortada. Sus pulmones rogaban por más aire. Su cuerpo le rogaba por mas frío. Su ding ding le rogaba por... Bueno, ya saben. Finalmente, su sentido de la razón solamente le rogaba el que tomara los suplementos.

Levantándose como pudo del colchón, el chico emprendió lo que parecía el viaje mas difícil y largo del mundo, aunque usualmente solo serian diez pasos para adentrarse a su baño. Sus manos temblorosas abrieron con fiereza aquel cajón de madera debajo del fregadero y, mientras buscaba desesperadamente las pastillas a base del tacto de sus ásperas manos, solo podía verse al espejo, y maldecir aquella expresión tan indefensa y estúpida que tenia tatuada en el rostro. Simplemente no podía creer que se veía tan acalorado. Parecía un tomate. El odia los tomates.

-Mierda... Agh, Carajo- Maldecía y se quejaba una y otra vez, mientras que comenzaba a rellenar la bañera de agua fria aceptando que era un completo estúpido por no haber comprado los suplementos a tiempo. No podía salir en este estado, ni siquiera al resto del departamento. Ese olor a fresas y vainilla era tan atractivo y tentador que temía el hacerle algo a (Nombre), quien en este momento estaba en un estado muy delicado mientras moría en el sofá de cólicos y comía helado de chocolate. ¡Vaya suerte!

"Necesito suplementos justo ahora. Maldición, podrías ir por ellos a la farmacia. No quiero ir yo y oler tanta mierda en el camino, y mucho menos quiero que alguien me vea con esta expresión tan estúpida" Texteo el chico.

Visto.

"Voy a la farmacia en ese caso, intentare volver en menos de diez minutos." Le respondió casi al instante la contraria... Era... encantador. Había alguien ahí para el, y ese alguien nunca se negaba a darle lo que el quería. Nunca le había cuestionado sus necesidades, y nunca había siquiera intentado persuadirlo. Vivir en aquel infierno, en donde lo hacían pelear para entretener a estúpidos ricos, a los cuales les parecía gracioso que un híbrido de un perro tan pequeño pudiese ganar peleas, nunca podrá compararse ni siquiera a una millonésima parte, a la vida que logro tener hoy en día.

Por ahora, no tenía la mente ni el cerebro para seguir pensando. Simplemente aquel calor lo volvía loco. Solo esperaba a que (Nombre) volviese pronto y lograra llegar a salvo a sus dos destinos, después de todo, era bastante tarde en la noche, y, aunque agradecía que la farmacia cercana a su hogar se mantuviera abierta las veinticuatro horas del día, no podía pensar en que haría si a la chica le pasará algo por su culpa. Conocía el mundo podrido, y por eso se ponía un tanto ansioso cada vez que (Nombre) salía por aquella puerta. Llamenlo desconfiado, pero no deseaba tomar riesgos siempre que se trataba de aquella chica rubia de ojos azules.

Intentando calmarse, el chico se quitó casi toda su ropa, a excepción del bóxer y entro a la tina. Su cola se enroscó casi al instante, y sus orejas resaltaron de su pelo. Solo quería bajar ese calor infernal, pero ahora que sentía el agua helada en su piel, el pensamiento de que estaría enfermo para la mañana siguiente se volvió un hecho.





No, aún no comienza el drama. Las dejaré relajarse un poco, solo temporalmente. Esta es la tercera vez que escribo contenido sexual, así que estaría muy agradecida si dejaran su opinión y consejos para mejorar el contenido erótico.

Híbrido!  Katsuki Bakugou x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora