Capítulo 32

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La chica rebotó levemente en la cama, aún temblando y jadeando realmente acalorada. Se estaba quemando dentro de su carne. Estaba haciéndose una patata cocida para este punto. Katsuki, ignorando completamente las preguntas de la rubia frente a él, únicamente relamió sus labios y se le abalanzó a la pobre chica.

Si ya se sentía indefensa en ese estado, él tener ahora al contrario encima de ella, mirándola como si fuera una pequeña gacela frente a un gigantesco león no favorecía a hacerla sentirse mejor. Si lo veíamos desde el punto biológico humano, era bastante normal esta posición, pero desde el punto de vista híbrido era un tanto raro saber que él maldito perro de metro y medio estaba abajo de una rata con mucho pelo esponjoso. De cualquier manera, eso no impide que la chica se sienta indefensa.

El chico vio los labios de la contraria y, sin pensarlo mucho, decidió que era el mejor momento para darle el beso más pasional que (Nombre) alguna vez ha recibido. Mientras sus labios danzaban, y la chica intentaba con todas sus fuerzas controlarse a sí misma, el chico pasaba sus manos por la cintura de la contraria, pegando sus caderas, intentando sentir aún más como sus cuerpos se juntaban.

Poco faltó para que aquel beso, pasional y lleno de sentimientos, hiciera que Katsuki deseara más. Quería besarla tanto en sus labios, que su boca sentiría celos, pero ese no es el punto por ahora. El punto es que mientras los labios del rubio comenzaron a recorrer el cuello de la chica, haciendo que las manos de la pobre únicamente se aferren con todas sus fuerzas a su camisa. Aunque no quisiera, (Nombre) estaba realmente indecisa. No sabía si podía hacer esto.

Estaba realmente excitada, no lo negaría, pero eso era una reacción normal de su cuerpo debido al celo, al igual que el contrario, y mentiría si les dijera que ella no tenía miedo. No es como si la chica no quisiera hacerlo con él, evidentemente había veces que no podía evitar desearlo… Eso sonó levemente pervertido viniendo de su parte. Lo que se refiere es… Bueno no importa. El punto es que, aunque la joven quisiera hacerlo, no quería hacerlo de esta manera.

—Para, por favor. Para—Dijo la rubia, intentando apartar al contrario con la poca fuerza que le quedaba. Intentando que su voz saliera lo suficientemente fuerte y demandante para que el contrario entendiera que va en serio, pero, para su mala suerte, lo único que salió fue una voz entre cortada, acalorada, y realmente irregular la cual había resonado casi como un susurro.

—Por favor, no me digas que te disgusta que haga esto.— Dijo el contrario, pero, en cuanto sus esponjosas orejas comenzaron a escuchar los sollozos de la contraria, se apartó tan rápido como le fue posible. Aparentemente, jugar al coqueto no había sido la mejor idea. Sus ojos se encontraron con los de la contraria, los cuales, ahora cristalinos y llenos de lágrimas lo veían directamente.

—¿Q--Qué demonios sucede? ¿Estas bien? Mierda— Mientras él chico insultaba por debajo de su aliento y se sentía levemente miserable, (Nombre) solamente intentaba dejar de sollozar de aquella manera. Intentaba no alarmar demasiado al chico, incluso cuando ella misma estaba realmente alarmada.

—Lo siento, es solo que estoy asustada…—Respondió la chica aún sin aire.

—¿Por qué? ¿Qué carajo está mal?— Dijo él con una voz levemente más suave y menos seductora que la de antes, mirando a la joven directamente a los ojos e ignorando por completo el bulto entre sus piernas.

—No quiero hacerlo. No mientras estemos en nuestro celo. Se siente muy bien, pero sé que es simplemente estúpido hacerlo. No es que no quiera hacerlo es solo que… No quiero que la primera vez que hagamos el amor sea porque nuestros instintos están jugando con nosotros. Quiero hacerlo contigo cuando ambos podamos estar en nuestros cabales, no ahora.— El chico abrazó a la contraria, y suspiró. No estaba enojado, y, por el contrario, le parecía de cierta manera tierno. Si, no era tierno dejarlo con las bolas azules, pero si (Nombre) no quería hacerlo mientras estaba en su celo, entonces él respetaría su decisión, porque entendía perfectamente que era estar preso por sus instintos.

—Lamento no haberme detenido de inmediato— Dijo él chico, dejando que la joven hundiera su cara en su pecho.

—Lo siento tanto, no quería dejarte así… N--No quiero que pienses algo erróneo es solo que--—

—Joder, (Nombre). Está bien. Por ahora solamente hay que… Dormir — Él chico bostezo y le dio un beso en la coronilla a la joven para que ella dejara de preocuparse. —No hay supresores, así que es la mejor manera de que pase tu celo. Mañana por la mañana saldre a...—

—¿Cómo que “tu celo”? Tu tambien estas en celo, ¿no?— Preguntó la joven levemente confundida ante la dicción del chico, quien únicamente apretó levemente su mandíbula y se mantuvo callado, a lo que (Nombre) solamente lo miró mal y lo pateó hasta que este cayera estruendosamente de la cama. Él chico golpeó un poco su espalda, pero tan pronto como impactó contra el suelo se sentó en este. Era verdad, había sido levemente rastrero de su parte él no corregirla acerca de que él solamente estaba dejándose llevar.

—Maldita puerca del demonio con gonorrea, sífilis y sida.— Dijo la joven poniendo los ojos en blanco. Por un momento sus ojos llorosos demostraron perfectamente su rabia. —Ve por mis malditos suplementos a la farmacia antes de que me atreva a...—

—¿A qué, Bom-bon-ci-to?— Pregunto el chico, mirándola a los ojos con aquellos orbes rubíes que intentaban atravesar su alma. La chica le dio otra patada.  —Nunca te dije que estaba en mi celo, y tu pareces muy sobria justo ahora. Solamente te veías… Muy tentadora mientras temblabas y jadeabas en tu cama, y este bendito olor a pastel de vainilla con fresas que está por toda la habitación me está volviendo loco, ¿Bien?—Admitió él realmente avergonzado mientras desviaba la mirada. —¿Es tan difícil de creer que realmente me gustes tanto como para querer hacerlo contigo estando completamente cuerdo?— 

Híbrido!  Katsuki Bakugou x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora