CUARENTA GRADOS Y UN POCO MAS

31 1 0
                                    

La noche anduvo tratando de mirar por mi ventana,
un desparramado cuerpo empotrado boca abajo,
alumbrado por un foco de suficientes veinte voltios,
y sostenido por el viejo catre de roble rústico.
El alcohol daba vueltas en las cuatro paredes
y se condensaba en la ventana lagrimiante,
mi mente había viajado entre botellas y al sumergirse por completo en el fermento del agave
había entrado en un trance moribundo
de viejas luchas entre el cuerdo caminante y la presumida ebriedad del ajumado.
Allí estaba la noche sin ninguna opción de arroparme,
el foco seguía agarrado de la mano del interruptor
como un torpe cómplice del tequila y le negaba a la oscuridad adueñarse de mis sueños.
Ella sin mas opciones dejaba sus ojos en el vidrio y veía como suelen las adicciones
negarnos la facilidad que tiene el hombre de librar batallas,
y cómo egoístamente va tomando el control de cuanto pueden
hasta dejar un desparramado cuerpo
boca abajo
sin opción de que lo arrope la insistente noche
que anduvo tratando de mirar por la ventana...


POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora