Ayer supe que no reías para mi
y una leve lágrima desbarrancó mi fe
y bajó descubriendo mi rostro envejecido por caminos escabrosos,
arrugas del tiempo, surcadas por tu indiferencia,
tu vil infidelidad y el amor que jamás existió.
Desvanecí mi juventud removiendo montañas
y ni una piedra vi cargar entre tus manos
y cuando mi fuerza no fue capaz de sostener mi cuerpo azotado por la soledad,
partiste y dejaste una estela de injusticia.
El dolor y la sangre enseñan cómo el fuego al oro prueba sin piedad,
otrora época de lágrimas.
Arrugas que descubre el paso de los años,
a buen uso es tu ahorro y tu sapiencia que hace más noble la existencia, la magnifíca
y como la crisálida que descubre las alas más fantasiosas,
estas descubren tu valor y el guerrero que has forjado.
Ayer supe que no reías para mi
descubrí que la vida de principio a fin nos sonríe siempre
y cuando una luz se apaga a tu espalda,
miles alumbran tu camino,
infinita sonrisa de la vida
y luego de dádiva te espera el abrazo caluroso de la muerte.ISAYO
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
PoetryLIBRO DE LAS NOCHES PROFANAS Advertencia!! Si buscas un libro que no hiera las susceptibilidades propias, si has crecido escuchando que la mujer está al servicio del hombre bajo el dominio clerical represivo, motivados por el ejercicio del débito co...