Justo respiraba, respiraba sin importar
el aire,
sin importar la brisa de su mundo,
respiraba tan a prisa, al ritmo del alma,
de cada latido suyo huyendo,
del grito apresurado de los ecos,
del ahogo en medio de su calma y
de la tempestad agresiva de sus besos...
Por ti mi vida era otra, era vida,
era cielo y mas que cielo era universo,
era el mundo dando vueltas
alrededor de su delgado cuerpo,
era mi todo, era mi aire, mi sudor
cuando compartimos nuestro sexo...
Justo respiraba yo. El viento callaba
la virtud que fui rompiendo,
entre quejidos, besos y uñas,
mi espalda marcó su aliento...
Tú eras mi delirio, mi pesadilla
cuando en los sueños de mi cama
te vi sin alma salir huyendo.
Justo respiraba y... una pequeña voz
a mi oído tres palabras susurró
tan francas y tristes me fueron despidiendo...
Adiós señor cactus.
Tres palabras.. cuando justo respiraba yo,
me dejaron sin aire, sin aliento.
Adiós hermosa princesa...
Ya mi vida no era vida, no era cielo,
no era mi mundo girando
alrededor de su delgado cuerpo,
ya no habría ecos regresando,
ni tempestad en sus agresivos besos.
Ya no eras mi aire, ni mi sudor
mucho menos mi universo,
Justo respiraba yo... o moría,
Cuando nos fuimos despidiendo.
ISAYO
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
PoesíaLIBRO DE LAS NOCHES PROFANAS Advertencia!! Si buscas un libro que no hiera las susceptibilidades propias, si has crecido escuchando que la mujer está al servicio del hombre bajo el dominio clerical represivo, motivados por el ejercicio del débito co...