Sin nada de pecados, hallandonos tan desnudos y sin absoluta timidez, sin querer cubrir nada, imperiosamente nada. Tan perfecto, tan preciso...
Nada nos perturba, nada nos obliga mejorar, somos absolutamente buenos, hechos a la medida y a semejanza de la perfección. Solo una pequeña manzana ha dispuesto la omnipotencia como un umbral hacia el desastre...
Todo tan perfecto y otro tanto aburrido
y entonces vino el pecado que permite la valiente locura ,que llega sin escrupulos con la ansiedad de perturbar la razón, sin interesar quién está allá afuera esperando a corregirnos. No habrá memoria al abrazarnos, ni fracasos en el intento de salir de la rutina, ni sombra quedará del árbol de la fruta prohibida y por ello nos condenarán el resto de la vida humana. Atrevernos a desnudar los apetitos, esos, que tanto nos hace sentir sucios en esta condena divina, cuando la humedad aparece de la nada y el fuego ardiendo suprime la frialdad de lo predecible, hará que ya no sea impoluto el paraíso, pero será más humano. Que importa entonces la pulcritud, que importa la calma, que importa el castigo y que nos obliguen a abandonar el Edén de las conciencias. No hay rubor en la necesidad de amarnos o de consumir nuestra debilidad en un halo de perturbación, y nos hallamos en medio del desorden de nuestro caos, al filo del abismo sin importar lo que al fondo haya, cruzando el umbral sin las ganas de volver a la quietud anterior y que tenga lo que tenga que pasar, al fin y al cabo todo venía incluído en nuestro diseño, hasta las más oscuras fallas que puedan condenarnos alguna vez, entonces somos todos, Adam et Eve...
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
PoesíaLIBRO DE LAS NOCHES PROFANAS Advertencia!! Si buscas un libro que no hiera las susceptibilidades propias, si has crecido escuchando que la mujer está al servicio del hombre bajo el dominio clerical represivo, motivados por el ejercicio del débito co...