ÓLEO EN MIS MANOS

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No puede terminar esta noche sin que de nuevo la locura ronde nuestros pensamientos, aunque sea en cortos segundos y que entonces la mente pierda la conciencia e importe un bledo lo que podamos imaginar más allá de lo que se debe, no podemos dejar de alimentar nuestros deseos que aún siendo prohibidos nos inyectan vida cuando cala hiriente a los sentidos nuestra tonta soledad.
Voy a esperar pacientemente, como es debido, una postal al menos que invite a pervertirme un instante siquiera en esta cama vacía y entonces me haré una pintura sin pincel con el óleo acabando en mis manos aunque seguramente no dejaría de pensar que  mejor debió acabar en tu piel...

POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora