No importa cuánto me he equivocado, las veces que sentí al amor hablarme al oido y no era amor, los lunares en la piel que aprecié como luceros del infinito cielo en un pliego de humanidad virgen y del cual me apegué infantil mente un día y solo eran simples lunares, bagatelas de nuestro conformismo y resquicios de la inmadurez. No me importa porque fui aprendiendo, fui entendiendo que la humildad, a mi modo de vista, era un error de mansedumbre de mi ego y cuando los años empezaron a caer sobre mi cuerpo la mente que por definición es honesta empezó a entender que en esa misma
honestidad cabía algo que antes me parecía egoísta, el deseo a lo que desaforadamente pedía mi espíritu conquistador por más imposible me pareciera o que algunos egoístas acostumbran a vender aprovechando nuestra inmadura lógica, entonces luego ya con amplio recorrido supe
aprovechar los cachivaches que todos encontramos en el camino, las chucherias que nos sirven de juguetes para divertirnos por años e irlos luego desechando cuando ya no me eran necesarios, dejarlos en buen estado eso sí, porque seguramente a otros si les serviría. Aprendi entonces a ir abandonando lo que por ley no nos pertenece de por vida e ir avanzando por un sendero de apetitos y degustaciones sin limite. El cosmos me ha ofrecido lo que a todos por ley nos ofrece, regalos ilimitados, herramientas infinitas y la fortaleza para hacer uso de ellas sin cansancio.
Puedo decir con seguridad que nunca me sentí tentado a imitar a alguien ni mucho menos ser servidumbre de fanfarrones, aprendí eso sí de ellos, de quienes lograban propósitos con
facilidad y deseché de estos mismos sus incontables errores que también tuvieron, siempre buscando mi propio objetivo y que aún gesto con fe en mi misma fortaleza.
Hasta donde voy, a sabiendas que uno hasta el último día de vida no deja de aprender, sigo en la lucha por cruzar el umbral que pueda colmar mis propias expectativas considerando que nunca he temido al éxito ni al fracaso y siempre creyendo que nada es imposible por muy lejos que parezca encontrase un objetivo de nuestro alcance, porque entendi que somos dueños por igual de todo lo que nos muestra y nos ofrece el universo y es por ello que disfrutamos de la misma luna y el mismo sol tanto los que ya han logrado el éxito como otros que estamos rumbo a él.
Para finalizar solo diré que todo lo que hasta el momento me he propuesto en todos los ámbitos lo he logrado, desde hacerme odiar como amar o en su efecto perder un poco por conseguir algo mejor.
El amor y el deseo van de la mano y podemos disfrutar tanto del uno como del otro sin importar que nos asuste el pecado de la individualidad y la satisfacción del apetito o mejor sin que en su momento falte alguno de los dos, se trata es de disfrutar de lo que nos regala la vida que por algo cae del infinito cielo sin enviarnos restricciones sino invitando a ser originales y aprovechar todo lo que podamos sin la más ínfima limitación.
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
PuisiLIBRO DE LAS NOCHES PROFANAS Advertencia!! Si buscas un libro que no hiera las susceptibilidades propias, si has crecido escuchando que la mujer está al servicio del hombre bajo el dominio clerical represivo, motivados por el ejercicio del débito co...