Para la mujer que mas he querido y por si la vida no me da la chance de despedirme, quiero que leas esto...
Entonces tomé su mano de seda y vino sin aviso un olor a miedo y timidez , y bajo su piel teñía la pulcritud un rubor que hacía juego con los sumergidos ojos inocentes... Y aunque tuve su voluntad quebrada supe calmar la tempestad del júbilo de la carne debil, de los permisivos pensamientos y la conciencia hecha caos. Preferí escribir un verso en sus labios carmesí y susurrar con aplomo las notas altas de mi adrede calma. Nos fuimos arropando con el ocaso que supo amainar la locura y aunque nuestra piel fue una sola no hubo mas que un abrazo y un beso cuando la luna se hizo tras la cortina de nubes puestas por la complice brisa de la noche. No hubo un minuto que dejara de observar cómo sus pechos y su abdomen, al compás de su entrecortado respirar, dansaban sin prisa y el corazón se iba deteniendo como una sonata al chocar con las intromisiones del viento. Cuando creí que mis ojos perdían tanta belleza con el cansancio, vino un sueño a escribir esta historia... al otro lado de la realidad éramos dos sombras largas en la arena desnuda, dónde las olas mueren sin dolor y luego, al final del mundo, cabalgando nuestros ojos veían nacer una tímida luna para dar el toque de inocencia a nuestra historia, a este amor prohibido, que tuvo la licencia del anochecer silencioso y sordo tal vez para entrar en cómplicidad y no morir en su infinita penumbra sin ser testigo. Allí estábamos dibujando un círculo en la estera arenosa y húmeda y dentro del aro, dos palitos diminutos clavados hacían la mismas sombras que se iban volviendo una sola cuando la rojiza luz se hacía mas arriba de nuestra testa y al huir la luna, amaneciendo volvian a ser largas las sombras hasta sumergirse cada una y desaparecer quedando de testigos el círculo, los dos palitos y la danza de las olas que iban deteniendo la intromisión del viento.
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
PoesíaLIBRO DE LAS NOCHES PROFANAS Advertencia!! Si buscas un libro que no hiera las susceptibilidades propias, si has crecido escuchando que la mujer está al servicio del hombre bajo el dominio clerical represivo, motivados por el ejercicio del débito co...