CUBOS DE AZUCAR: UN DULCE CRIMEN

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Al borde del abismo unos ojos cuelgan de sus lágrimas,
las cuencas como un Caravaggio pintan de sangre las pupilas
y al mutilado corazón que ha latido tantas veces y se ha agitado con cada sorbo de llanto,
con cada fantasma que emerge de egoísmo.

Ahora la alevosía de un crimen se motiva en el desconsuelo de sus venas,
del ahogo de su llanto,
de sus atracciones rotas,
de sus celos,
del engaño, de la dulce venganza
y ha puesto en sus manos el filo de la daga,
y en el odio de su alma una capa de heroísmo.

No han de ser de otros,
aquellos viejos latidos que se juntaron con los suyos,
no han de ser los engaños,
la violenta decepción,
la punta de un lápiz que inspirado de versos se rompió en el camino,
las mariposas con sus alas rotas,
las flores marchitas,
el corazón que palpita de espejismos.

Entonces,
ha de morir de tajo el amor,
los sueños,
las esperanzas
y cómo en el lienzo a Judit y Holoferne,
nazca un dulce crimen de venganza,
y cuelguen los ojos de sus lagrimas
al borde del abismo.

POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora