Y nos arrepentimos luego,
nos reprochamos hasta lo que gozamos,
nos quejamos ante el alma
y ella "tan inmaculada"
nos ahoga en lágrimas,
nos culpa y nos allana.
El yo interno corrigiendonos,
y por qué no nos detuvo?
por qué no dijo "ey no lo hagas"
si fuiste mi cómplice cuando la desnudaba...
O tú que todo lo puedes
me enfriaste el fuego?
me nublaste los ojos?
me apaciguaste la sangre?
o disfrutabas?
Ya no confío ni en ti,
en el inicio de mi árido pensamiento dónde estabas?
de mi locura,
de mi desastre
de mis pecados,
dónde estabas?
Y apareces luego, culpandome de todo...
Si me quedo quieto me culpas de holgazán
Y si voy a disfrutar lo que la vida me ha regalado
me incinera en tus llamas.
Ya no quiero arrepentirme luego,
ni reprocharme mi gozo
ni ahogarme en tus lágrimas.
Si la carne vino a disfrutar,
que lo haga
y si mi alma no quiere sufrir
que no sea mi alma.
Esto ha de ser una balanza,
mi mente es el soporte,
a un lado los pecados y al otro,
la alabanza...
Si no es así!!
prefiero morir con mi conciencia absurda
que con mi arrepentida alma...
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
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