Sabíamos hablar de altares y de ángeles
Mientras el fuego del pecado
Paseaba por nuestras mentes,
Sabíamos del caos que nos tocaba
Y la locura de ser infieles encubiertos,
Del vicio del deseo
Que nos desnudaba por las noches y
Del hábito sucio de ocultar cada climax con los pretextos más nobles
Para no herir desprevenidos corazones.
Sabíamos disimular la sonrisa
De sentirnos pervertidos,
Y el olor de quererlo todo,
De desear el fuego sin pretextos,
Sabíamos escribirlo para no gritarlo y
Sabíamos soñarlo para no vivirlo.
La ética de poeta
Calmaba la angustia de caer en lo vulgar
Y supimos ser maniaticos con nuestros cuerpos,
Supimos tocarnos a lo lejos
Y rasgar las cómplices prendas
Con nuestras mentes seducidas
Sin que quedaran hilos delatores
Sobre las esteras lujuriosas y
Las ganas de pecar en silencio.
Supimos mentirnos mutuamente
Para no caer en el desencanto
De saberlo todo...
Cuando nos desnudamos fuimos artistas
Y supimos disimular lo que queríamos,
Supimos creer que éramos un verso
De algún poema santo y pusilánime,
Aunque sabíamos del riesgo a ser infieles
Amando a otros sin medida.
Sabíamos que no podíamos sentir
Más que un gusto pervertido,
Y los altares con ángeles
No eran más que nobles pretextos
Para ocultar nuestra locura
Y el caos que nos tocaba
Mientras íbamos pecando en silencio.
ISAYO
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POESIA ERÓTICA Y OTROS DEMONIOS
PoésieLIBRO DE LAS NOCHES PROFANAS Advertencia!! Si buscas un libro que no hiera las susceptibilidades propias, si has crecido escuchando que la mujer está al servicio del hombre bajo el dominio clerical represivo, motivados por el ejercicio del débito co...