Acompañándote

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Capítulo 1

Enzzo

Dos años después

—¡No me importa lo que tengas que hacer!— grité con fuerza a la mujer que tenía frente a mí.—¡Pero consigue esos papeles al menos que quieras ser despedida!

—S-sí señor...

—¡Largo!

Verónica salió deprisa de mi oficina como si hubiera visto un fantasma, tenía los hombros tensos y parecía que en cualquier momento iba a llorar. Me levanté furioso de mi asiento dejando bruscamente unos papeles que estaba leyendo entes de que ella entrara. La muy descuidada había perdido unos planos que con tanto esfuerzo mi equipo y yo habíamos terminado para presentarlos en una hora.

Me paseé por toda mi oficina desajustando el nudo de mi corbata para quitármela y dejarla en el perchero dónde estaba mi saco.

Sentía que me iba a dar un infarto si esos papeles no aparecían. Eso planos eran muy importantes, eran de un restaurante que pertenecía a una cadena de ellos por todo el país, el dueño nos había contactado interesado por nuestros últimos proyectos exitosos que había sido un museo y una universidad. Literalmente sus restaurantes eran como una plaga por todo el país, en cada estado y ciudad tenía uno y ahora quería tener uno aquí en Chicago. Muy pronto se iba a esparcir por Canadá y México y después a Europa siguiendo un orden.

El tiempo pasó, me acerqué a las cortinas metálicas que se mantenían cerradas desde que Rebecca dejó de ser mi asistente y abrí un poco para después gruñir en protesta cuando no miré a Verónica en su lugar. Más le valía estar buscando bien.

Después de una hora tratando de bajar mi enojo tomé mis cosas del perchero y me las coloqué de mala gana sintiendo el pecho caliente por el enojo. Salí de ahí en dirección a la sala de juntas con quince minutos de anticipación para organizar todo. Mi equipo, el cuál ya estaba más que acostumbrado a mí forma de trabajo, ya estaba ahí preparando todo, pero faltaba algo importante: los planos.

—¿Por qué estas tan tenso?— preguntó Aarón a mi lado.

—La inútil de Verónica perdió los planos— respiré con fuerza, tratando de no salirme de control.

—No puede ser— se sorprendió y de inmediato se tensó igual que yo.—¿Qué vamos hacer?

La junta estaba destinada a ser un fracaso, pero antes de que fuera la una de la tarde Verónica entró con el semblante más relajado y con los planos en mano relajándome a mí de paso.

—Aquí están— los dejó frente a mí orgullosa de haberlo encontrado y con una sonrisa en los labios.

—¿Sonríes porque los perdiste o porque no te voy a despedir?— pregunté serio.

Se inmediato su sonrisa desapareció y se mostró apenada. Quité mi vista de ella y revisé que todo estuviera bien.

—Me avisaron desde recepción que el señor Williams ha llegado— informó, y en eso tocaron la puerta.

James Williams entró a la sala de juntas acompañado de su asistente personal y una mujer encargada de recepción que lo conduciría hasta aquí. Intercambiamos saludos por unos minutos y cuanto la hora de la reunión llegó todos tomamos asiento para presentar la propuesta que teníamos.

Entre Aarón y dos compañeros más proyectaron la presentación digital mostrando los planos, desde la construcción por dentro, tanto de nuestra área como en la de diseño de interiores como también el paisajismo. El dueño estaba interesado en que parte del restaurante fuera al aire libre y así se se hizo.
Extendí los planos en la mesa y les señalé todo con lupa para que quedara claro, al final decidió aceptar y cerramos el trato.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora