Berlín

4.7K 383 9
                                    

Capítulo 32

Rebecca

Yo recordaba cada momento que había pasado junto a Enzzo. Él hizo muchas cosas para que esos recuerdos fueran recuperados por mi mente, pero nunca creí que le daría importancia a uno que ni yo misma se la daba.

Recuerdo

—¿Te dan miedo los lugares cerrados?— preguntó al verme afectada.

—No, es que...el ambiente es tétrico. Estamos en el elevador, a oscuras, ya es de noche y afuera llueve demasiado— digo con la respiración agitada.

—No pasa nada...— intenta acercarse para tranquilizarme.

—¡No se acerque!— grito.—¡Se roba mi oxígeno!

—¿Qué?— hunde las cejas con confusión.

—¡El lugar es pequeño!— me echo aire con las manos.

—No va a pasar...

—¡Si pasa! ¡No se acerque, cada quien con su oxígeno!— tomo bocanadas grandes de aire.—¡Vamos a morir asfixiados!— pongo mis manos en mi garganta.—No puedo morir tan joven, ¡Aún no conozco Berlín! ¡Dios perdona todos mis pecados y llévame al cielo!

Fin del recuerdo

Ahora, en este momento estaba volando por la capital de Alemania a pocos minutos de aterrizar en el aeropuerto. Mi emoción era notable, puesto que no dejaba de ver las luces del lugar con fascinación.

—Te gusta ¿cierto?— preguntó y lo miré con una sonrisa que partía mi rostro.

—¡Es maravilloso!— lo besé sin poder resistir el impulso.—Jamás creí que nuestra luna de miel sería en Berlín.

—Es mi regalo de bodas. Sabía que la sorpresa te encantaría— tomó mi mano entre la suya y dejó un beso en ella.

—Muchas gracias— sonreí.—No lo digo por el lujo que me estás dando, sino por la atención que siempre me has prestado.

—Tú y nuestro bebé son lo más importante para mí— acarició mi vientre.—Ustedes son mi familia y siempre tendrán mi atención.

Besó mis labios y le correspondí sin parar de sonreír sobre su boca. Para cuando el avión por fin aterrizó ya era de noche, por lo cual Berlín era iluminado por todas sus luces. Durante el viaje en auto al hotel no dejé de observar la arquitectura del lugar sin soltar la mano de Enzzo, quien también observaba todo conmigo.

Mi fascinación desbordaba por todas partes y más cuándo tenía la compañía de Enzzo como mi esposo. El hotel era otra de las cosas más bonitas, tenía una pinta de antigüedad, elegancia pero totalmente acogedor para sus huéspedes. Ni siquiera me sorprendió cuando nos dijeron que nuestra suite estaba lista, sabía perfectamente que a Enzzo le gustaban esos lujos.

Las maletas ya estaban en la habitación, así que cuando nos detuvimos frente a la puerta, el la abrió con la tarjeta que funcionaba como llave.

—Es nuestra noche de bodas— se acercó y me alzó en brazos para entrar.—Otra noche especial, Reby.

Cuando entramos pude observar el lugar con detenimiento. Las luces de las lámparas estaban un poco bajas para que las velas iluminaran parte del lugar, había un camino de ellas por el suelo junto con pétalos azules y amarillos, los cuales también estaban sobre la gran cama junto con cojines de los mismos colores.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora