Bella vista

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Capítulo 11

Rebecca

—¿Sucede algo?

Mis ojos estaban fijos en Madison, estaba tan embobada en su teléfono mirando quien sabe qué cosa desde que llegó. Según ella venía a ayudarme una vez más pero se había acostado boca abajo en mi cama sin despegarse de ese aparato.

—¿Eh?— levantó la vista, totalmente perdida.

—Desde que llegaste no dices ni pío— terminé de pintar mis labios y me acerqué.—¿Qué te traes entre manos?

Se levantó hasta tomar asiento, apagó su celular y lo colocó con la pantalla hacia abajo, como si estuviera ocultando algo para que yo no lo mirara.

—¿Madison?

—¿Cómo vas con Enzzo?— preguntó en su lugar y yo levanté una ceja en modo de advertencia.

—Voy bien— respondí y me senté en el borde de mi cama.—Pero no estoy hablando de mí.

—Con tantas cosas no te pregunté nada— se levantó y caminó hasta el tocador, acomodando mis cosas.—Me alegra...

—No estamos hablando de mí— Recordé de nuevo y me miró a través del espejo.—Siento que te has enfocado mucho en mi situación, tanto que no sé nada de lo que te pasa a ti.

Madison era una buena amiga. Ella había estado en todos los momentos de mi vida desde que salí de mi casa para vivir con mi tía Luisa. Ella se había convertido en mi mejor amiga y la quería demasiado. Pero algo había en ella, y por poner tanta atención a lo mío, yo no le preguntaba nada sobre ella.

—No te preocupes— negó.—No me molesta, sabes que me alegro por ti y por Enzzo— sonrió y giró para quedar frente a frente.

—Te lo agradezco. Pero necesito saber qué pasa.

Desvió la mirada, mordió su labio inferior y le dio pequeños golpes al piso con su zapato en una clara señal de nerviosismo. Me levanté cuando creí que no me iba a decir nada, pero me devolví a mi lugar de golpe cuándo las palabras salieron de su boca.

—Estoy saliendo con alguien.

—¿Qué?— una sonrisa se extendió por mis labios al oírla y ver como se sonrojaba.

—He conocido a un hombre— confesó y sonrió.

—¡Es increíble!— me levanté de nuevo y me fui contra ella para abrazarla.—¡Es muy bueno!

Rió de mi entusiasmo y la estreché contra mi cuerpo llena de alegría por ella. Jamás la había escuchado hablar así. Yo había conocido a varios pretendientes pero ella nunca los había aceptado, y ahora que decía esto me emocionaba demasiado.

—¿Quién es el afortunado?

—No somos novios— sonrió nerviosa.—Estamos saliendo...

—Se están conociendo— asentí.—Perfecto.

—Espero tener algo serio y formal con él— pasó sus manos por su abdomen.—De verdad me gusta.

—Ya verás que sí— la abracé por los hombros y dejé un beso es su mejilla.—Y si no, le hacemos un amarre.

Me separé de ella todavía con una enorme sonrisa en mi rostro. Esto era una excelente noticia.

—¿Quién es el afortunado?— pregunté una be más y tosió fuerte.

Su rostro estaba rojo por hacer fuerza, así que le pasé un vaso con agua sospechando de la situación. Había algo que me ocultaba y lo sabía perfectamente. No tenía ni idea de quién era su pretendiente, pero era evidente que no me quería contar.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora