Felicidades a los novios

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Capítulo 17

Rebecca

Unas caricias en mi rostro hacen que abra los ojos poco a poco. Lo primero que veo es el azul brillante de los ojos de Enzzo mirarme con amor. Sonrío apreciando el color de su mirada y la forma en que me mira.

—Buenos días— saludé y me pegué más a él sintiendo la protección que me provocaba estar entre sus brazos.

—Buenos días— dejó un beso en mi cabello.
—¿Cómo estás?— tocó mi frente, buscando algún rastro de temperatura.

—Bien. Gracias a tus cuidados de doctor en la noche me la pasé de maravilla— sonreí y besé su mandíbula.

—¿No te arrepientes de lo qué pasó?— su mirada se tornó preocupada.

Él estaba decidido a esperar a que yo recordara todo, pero yo no quería esperar más. Confiaba ciegamente en él, en lo que decía y sobre todo, en lo que hacía.

—¿Cómo me puedes preguntar eso?— me senté en la cama y lo miré.—Era lo que quería, Enzzo. Deseaba que me tuvieras así— me incliné y lo besé.—No me arrepiento de nada.

Recordaba muy bien todo lo que había pasado anoche. Fue una noche verdaderamente inolvidable por el lío en que nos metimos con nuestra pareja por ir a ese lugar solo para mujeres. Anoche también estuve a punto de enfermarme y gracias a Enzzo pude estar mejor y además, la borrachera se me quitó de paso por el agua fría. Recordaba  perfectamente cada minuto de anoche entre sus brazos y no me arrepentía de eso. Yo había deseado estar así con él, y aunque me costó convencerlo al principio, conseguí lo que quería.

—¿Y de los stripers?— alzó una ceja y mis ojos se abrieron en sorpresa.

—Perdón— repuse de inmediato.—Te juro que no sabia que iríamos ahí, aunque tampoco hicimos nada por salir.

—Me imagino que fue idea de Keith.

—Ella nos llevó. Pero todas entramos, no la detuvimos.

—No me gustó para nada verte entre esos hombres, ¿qué hacían arriba en el escenario?

—Madison gritó que Renata se casaría hoy.... ¡la boda!— Me levanté de un salto buscando mi ropa, encontré la ropa interior que Enzzo me había dado y corrí al clóset a ponerme lo primero que encontré. Eso sí se me había olvidado y no quería llegar tarde.

—Tienes suerte de que la boda sea en la tarde— salí y Enzzo ya estaba vestido.

—¿Me puedes llevarme a casa de Renata? Te tomo la palabra. Necesitamos estar temprano ahí.

—Te llevo, pero antes debes desayunar algo.

—Pero...

—Sí alcanzas a comer, Rebecca.

Miré la hora en el reloj que tenía sobre un mueble y suspiré tranquila al ver que todavía era temprano. Seguí a Enzzo hasta la cocina y antes de que dijera algo me alzó entre sus brazos y me sentó sobre la isla.

—Cómo es sábado la encargada de mantenimiento de mi casa no viene— explicó.
—Así que seré tu cocinero una vez más.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora