Feliz cumpleaños para mí

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Capítulo 28

Enzzo

Tres semanas después.

13 de diciembre de 2023.

Tenía la ilusión de despertar este día con Rebecca a mi lado con su sonrisa que me desarma por completo pintada en su deliciosa boca, pero cuando abrí los ojos la cama estaba vacía. Por un momento pensé que entraría a la habitación con un desayuno sorpresa para comer juntos en la cama pero todo se cayó al suelo cuando la miré salir de la ducha en una bata de baño.

—Buenos días— sonrió, acercándose a mí para besarme.—¿Cómo estás?

—¿Cómo estás tú?— pregunté, mirando su rostro y su abdomen. Me moría para que se le notara ya.

—Bien. Tu hijo se ha portado bien.

Se alejó de mí retirando la toalla que tenía en la cabeza. La miré con atención mientras la frotaba con su cabello tratando de retirar la mayor humedad y yo solamente la podía observar esperando un: feliz cumpleaños, mi amor, amor de mi vida, futuro esposo guapo, fuerte y perfecto.

—¿Pasa algo?— sonrió al notar que no quitaba mis ojos de ella.

Nada— negué desilusionado pero sin dejar de verla.—¿Qué harás hoy?

—Trabajar— se encogió de hombros y se puso la toalla en el hombro.—David me pidió que descansara por el embarazo pero hoy debo volver. Tengo una reunión con Williams para definir algunos detalles.

—Qué bien— asentí.—¿Y qué más?— la miré expectante, esperando cualquier expresión por parte de ella.

—Nada más— frunció el ceño.

—¿No sabes que día es hoy?— cuestioné y me puse de pie con molestia sin dejarlo notar.

—Hoy es...— la oración quedó en el aire mientras trataba de recordar y más indignado no podía estar.—¡Es hoy!

—Sí, es hoy— Sonreí feliz y me acerqué a ella con la intención de recibir un abrazo suyo.

—Hoy es la cita con el diseñador de mi vestido.

Mi sonrisa se borró y mis brazos regresaron a ambos costados de mi cuerpo con tristeza. Sentí como mi corazón fue aplastado cruelmente, todavía no podía creer que mi futura esposa y madre de mi hijo no se haya acordado de mi cumpleaños.

—¿Tan pronto?— pregunté para no levantar sospechas de mi comportamiento.

—Sí— caminó al clóset.—Tú no sabes cuánto se tarda ese diseñador que tu madre conoce.

—¿A qué hora irán?— quise saber, ignorando lo que sentía.

—Es en la tarde, a las cinco y media. Debo irme ya porque le prometí a David que hoy llegaría más temprano, prometí ayudarle con un asunto y debo ser puntual.

Se perdió en el clóset y yo con los brazos caídos y la cabeza agachada caminé con pesar al baño para darme una ducha e irme a la empresa.

Entiendo que Rebecca está muy ocupada con los asuntos de nuestra boda, pero siento que eso no es excusa para olvidar el día en que el amor de su vida nació. Eso es muy importante. Decido darle otra oportunidad y tratar de mantener la calma para que su cabecita recuerde este día, pero cuando salgo del baño la veo lista con el celular en la mano, bien vestida y con esos zapatos de tacón que me provocan estrés.

—Claro que no lo olvidé, Helen— me miró y sonrió traviesa.—Estaré ahí a la hora que acordamos— habló un par de cosas más con mi madre y colgó.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora