Capítulo 10
Rebecca
Suspiré tratando de tranquilizar el golpeteo agresivo de mi corazón en mi pecho. Estaba tan nerviosa, tan nerviosa y ansiosa por escuchar todo lo que Harper tenía para decirme. No hablaba, solo me miraba atento esperando a que yo decidiera empezar. Era inquietante estar bajo su mirada, la cuál, no se apartaba de mí en ningún momento, ni siquiera cuando afuera se escuchaban los truenos cerca del edificio.
—¿Qué recuerdas exactamente?— preguntó y yo tuve que poner mucho control cuándo se inclinó hacia enfrente dejado sus codos en sus rodillas y sosteniendo su barbilla con sus manos.
—Recuerdo que... me ibas a atropellar— empecé.—Discutimos y al final no me ofreciste una disculpa— sonríe de medio lado, recordando ese día con diversión.
—El mejor día de mi vida.
Abro la boca indignada y corrigió inmediatamente.
—Es el mejor porque te conocí— explica.—No por casi ocasionar un accidente— suelta una risa baja.—Continúa.
—Recuerdo que fui tu asistente, fui la número 35 y estuve soportando tus groserías y malos tratos por uno meses. Eras... gruñón, malhumorado y muy impaciente.
—Lo sé— asiente y endereza su espalda para hablar.—Sé que no me porté bien al principio, pero eso no tiene nada que ver con lo que sentí por ti después.
—Entonces dime— recargué mi espalda en el sillón.—¿Qué pasó?
Copia mi postura.
—Me enamoré— mi corazón da un brinco y siento cómo el oxígeno se atasca en mi garganta.—Me enamoré perdidamente de ti como no tienes una idea. Y sé, que tú sientes lo mismo, pero no lo recuerdas.
—¿Cómo quieres que te crea?— pregunté con desconfianza.—Tus palabras pueden mentirme y engañarme.
Se levantó de su lugar y yo hice lo mismo. Quedó frente a mí y tuve que levantar la cabeza para verlo mejor por su gigantesca estatura. Lo miré a los ojos, ese azul marino que no me había podido sacar de la cabeza desde que lo miré, era un color tan precioso que ya se había convertido en mi favorito.
—Cree en mis acciones entonces— alzó su mano y tocó mi mejilla con la punta del dedo índice, como si mi piel fuera un cristal que se pudiera romper—Cree en lo que veas de mí para ti— se acercó y tomó mi rostro entre sus manos.—Yo te amo Reby. Te amo demasiado y no quiero perderte.
Bajó un poco a mí y su aliento se mezcló con el mío provocando que mis labios empezaran a picar.
—Dame una oportunidad para hacerte recordar todo— susurró y yo cerré los ojos.
—Déjame amarte. No sabes como sufrí al verte en coma, todo el dolor que sentí al verte en una cama sin ningún avance— acarició sus labios con los míos.—Pero ahora te tengo aquí, frente a mí, y no dejaré que esto muera.—Yo.. siento lo mismo— solté y se separó.
—Siento que te conozco y que... estoy enamorada de ti.Sonrió mirándome con los ojos brillantes, sus fuertes brazos me tomaron por la cintura y me alzó hasta su altura dando vueltas conmigo en el aire.
—¡Eso es bueno!— expresó, todavía sonriendo.
—¡Te amo tanto!—Suéltame— pedí entre risas.
Dejó de dar vueltas y me dejó a su altura, lo miré sonriendo y no lo pensé más, sabía que nada malo podía pasar a su lado, mi corazón decía que él era todo lo que decía, él era mi amor y yo el suyo.
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Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)
RomanceATENCIÓN Esta es la segunda parte de la Bilogía Amor Eterno, por lo tanto será necesario leer la primera parte (Mi Corazón Es Tuyo) para entender esta parte. ⚠️ALERTA SPOILER⚠️ "Cuándo creí que había encontrado una luz divina que había salvado a mi...