Capítulo 9
Rebecca
Me siento pequeña cuando con el más mínimo movimiento me hundo en el refinado asiento del auto lujoso del rascacielos, y más, cuando giro mi cabeza para verlo concentrado en el camino. Su altura lo hace ver atractivo, el saco del traje se tensa cuando mueve sus manos en el volante y su cuerpo desprende ese olor exquisito que olí el día que lo miré en su empresa.
Tengo un gran problema con su aroma tan varonil.
Control.
Eso pido por ahora porque ya lo había perdido en dos ocasiones y no quería que sucediera de nuevo... ¿o sí? Alejo mis pensamientos cuándo noto como se estaciona a la orilla de la carretera desolada con escasa luz.
—¿Qué pasó?— pregunto.
—Se ponchó una llanta— Abre la puerta, dejándome sola.
—Genial— musito, bajándome también.
—¿Qué llanta fue?—La de tu lado— señala.
Cierro la puerta y me alejo un poco mirando la llanta totalmente sin aire y sin posibilidades de seguir el camino. Se para a mi lado, mete las manos en los bolsillos de sus pantalones y observa la llanta como si nada, cómo si no fuera hacer nada para arreglarla.
—¿Qué vamos hacer? Es de noche, está totalmente oscuro y hace frío.
—El frío queda solucionado— Observo como se quita el saco de su traje para después acercarse a mí.—Levanta los brazos— pide, y como niña pequeña siendo vestida por su madre, hago lo que dice sintiendo como el saco acaricia mi piel y como esta absorbe su aroma.
—¿Vamos a caminar?— cuestiono, cuando cierra el auto con seguro pero antes de eso toma mi bolso.
—Sí. No tengo llantas de repuesto y es tarde para conseguir un lugar abierto para comprar una— se pone a mi lado con mi bolso en mano.—Adelante.
Recuerdo—Mi casa queda lejos y mis pies no creen soportar una caminata tan larga.
—Nadie va caminar, Rebecca— gira los ojos, con fastidio.
—¿Ah no?
—No.
—¿Usted me cargará?
—Yo no voy a cargarte— pasa por mi lado y camina a no sé dónde.
—¿A dónde va? ¿Me va dejar sola aquí?
¡Espereme!— corro para alcanzarlo pero me detengo al ver que abre la cajuela trasera del auto.—Oh, va cambiar la llanta— comprendo cuando saca los materiales para cambiar la llanta.
Se queda mirando el interior de la cajuela y suspira regresando todo y cerrandola en el proceso.
—¿Qué?— pregunto cuando me mira.
—Tendrmos que caminar. Saca tus cosas para irnos.
—¿Es de verdad?
—¿Me ves cara de estar bromeando? Saca tus cosas.
—Señor Harper no quiero caminar.
—¿Y qué quieres? ¿Dormir en el auto?
—No es una mala idea...
—¡Saca tus cosas!— lo saco de quicio y abro la puerta para tomar mi bolso para que después le ponga seguro.
Empezamos a caminar y me apresuro al ponerme a la par para ir al mismo tiempo pero se me dificulta al tener las piernas cortas.
—No vaya tan rápido— me quejo.
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Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)
RomanceATENCIÓN Esta es la segunda parte de la Bilogía Amor Eterno, por lo tanto será necesario leer la primera parte (Mi Corazón Es Tuyo) para entender esta parte. ⚠️ALERTA SPOILER⚠️ "Cuándo creí que había encontrado una luz divina que había salvado a mi...