Paternidad

9.2K 582 38
                                    

Capítulo 12

Rebecca

Cada vez que despertaba sentía un gran vacío en mi pecho. Sabía que me faltaban todos mis recuerdos y que, me hacían mucha falta tenerlos conmigo. Al principio, fue difícil afrontar la realidad pero para mí ya era un regalo seguir viva, sólo debía poner de mi parte para volver a ser la misma.

Lo acepto, estuve días deprimida, sin querer hablar, comer ni salir de mi habitación, pero después acepté lo que estaba viviendo y que solo yo podía hacer algo para que cambiara y aceptar la ayuda de todas las personas que me quieren no ne haría ni un mal.

Ese vacío tan abrumador desprecia con Enzzo, yo sabía que habíamos compartido muchos momentos, lo podía sentir en el corazón aunque mi mente no lo recordara. Así que, cuando salí del hospital me atreví a mandarle un mensaje para ver si podía llegar a su empresa, tenía algo importante que decirle.

—¿Podemos ir a la cafetería a desayunar?— pregunté desde mi asiento.

—Vamos— contestó mi tía, feliz por la noticia que habíamos recibido esta mañana.

Cuando llegamos, me acerqué a la barra para tomar asiento, el lugar estaba lleno y no había ni una sola mesa desocupada.

—Hola Rebecca— saludó Kia. Se veía más amable que antes.—¿Cómo has estado?

—Mejor— sonreí.—Estoy mucho mejor.

—Ya verás que pronto podrás recordar todo.

Kia siempre fue una mujer de carácter fuerte y un poco intimidante. Pero cuando la miré hace poco me abrazó y lloró en mi hombro haciéndome saber que le alegraba verme de nuevo. Vaya que me sorprendí, parecía otra persona.

Después de pedir mi desayuno me dispuse a comer lo que me había traído. Tenía tantas hambre que era capaz de entrar a la cocina y comer de todo. No había desayunado, tenía exámenes y debía ir en ayuno así que cuando llegó mi pedido, devoré hasta la última migaja.

Mi tía no estaba aquí, ella estaba en el segundo piso trabajando así que me encontraba sola. Por otro lado Madison había dejado de trabajar cuando mi tía cerró, además ella ya se había graduado de la universidad y trabajaba en lo que más le gustaba. Así que estaba sola hasta que sentí como alguien se detenía a mi lado.

—¿Cómo has estado mi niña?

La voz de mi abuelo me hizo sonreír y girar a él.

—Excelente— revisé mi bolso hasta sacar los resultados de mi última prueba.—Estoy mejorando.

Se lo extendí y las lágrimas inundaron sus ojos cuando leyó el contenido donde afirmaba que mi recuperación había empezado a ser más rápida de lo que esperaban. Todo marchaba bien.

—Es una excelente noticia— se acercó y me abrazó.—Sé que algún día recordarás todos y ahí estaremos nosotros; tu familia para apoyarte.

Mi familia eran ellos: Mi tía, mi tío, mi hermano, mi amiga y el hombre que quería. No sabía nada de mis padres ni de mi hermana, y en parte agradecía eso porque no estaba lista para verlos. Sabía que si eso pasaba, me atacarian como siempre lo habían hecho desde que era una niña. Así que así estaba mejor, sin ellos, no me hacían falta y ya había vivido varios años sin necesitarlos.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora