Un nuevo corazón

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Capítulo 24

Rebecca

Nervios.

Unos horribles nervios me hicieron apretar mi bolso contra mi abdomen cuando puse un pie dentro del hospital. Tenía un presentimiento en el pecho que me hacía tomar grandes bocanadas de aire para llenar mis pulmones de oxígeno y no caer desmayada en medio pasillo. No sabía cómo interpretar lo que sentía, no tenía claro si era algo bueno o no pero fuera lo que fuera, esos resultados me tenían comiendo las uñas.

Cuando llegué frente a la puerta de mi médico di dos toques débiles que con mucho esfuerzo se pudo escuchar por el pasillo. Para mi fortuna él sí los oyó porque tan pronto toqué abrió la puerta para mí.

—Buenos días, Rebecca— Saludó.—¿Viene sola?— frunció el ceño y miró detrás de mí.

—Sí— contesté bajo.

—Pase.

Se apartó y me dejó pasar cerrando la puerta tras mi espalda. En cuanto me senté miré los sobres de los resultados que contenían mi nombre plasmado en mayúsculas.

—Sus resultados estuvieron listos esta mañana. Me tomé el atrevimiento de revisarlos y al ver lo que arrojaron... consideré que es algo que tiene que saber ya, por eso no pude esperar hasta su cita médica.

—¿Qué dicen?— pregunté preocupada.—¿Es algo malo?

Si dice que es algo que debo saber, probablemente sean malas noticias. No me puedo imaginar con un problema más de salud, ya tenía suficiente con dos años en coma y meses de amnesia.

—Al contrario— respondió y sonrió un poco dejándome confundida.—Hay dos buenas noticias.

—¿De verdad?— sonreí y por fin pude soltar mi bolso que estaba ya arrugado entre mis manos.—¿Qué pasó?

—Lo primero es que está perfectamente de salud. La amnesia ha desaparecido y para su suerte no dejó secuelas, así que está totalmente dada de alta.

Cerré los ojos y solté un suspiro de alivio. Lo admitía, tenía miedo a que tuviera algo más relacionado con la amnesia o que me saliera algo mal en esos exámenes.

—¿Entonces los medicamentos se suspenden?

—Sí. Se suspenden porque ya está bien, además no puede seguir tomando medicamentos en su estado— tomó un sobre y lo abrió.

—¿Mi estado?— fruncí el ceño y mis ojos no se despegaron del movimiento de sus manos sobre ese papel.

Cuando por fin sacó la hoja la extendió hacia a mí para que leyera su contenido.

—La segunda noticia es que está embarazada.

Mis ojos se abrieron en sorpresa sin quitarle la mirada de encima mientras mis manos empezaron a temblar alrededor de ese resultado. Mi pecho se hinchó agresivo por sus palabras y mi cabeza empezó a sacar conclusiones.

Cuando bajé la mirada al papel pude leerlo con claridad.

Prueba de embarazo: positiva.

Tres semanas.

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras leía una y otra vez el papel que confirmaba que estaba esperando un hijo de Enzzo. Ahora entendía todo; el dolor de cabeza, los mareos, las nauseas, el vómito y mi olfato.

Estoy embarazada.

—Felicidades.

La voz del médico me hizo levantar la cabeza de golpe. Las lágrimas se deslizaron por mi rostro sin piedad y no me importó llorar frente a él porque mis lágrimas eran de felicidad.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora