Capítulo 18
Rebecca
—¡Es hora de que todas las mujeres que no estén casadas pasen a pelear el ramo!
Madison tomó mi mano y Keith se quedó con Simón y con su bebé cuando la voz del maestro de ceremonias nos invitó a la pista de baile por el ramo que la novia tiraría. Madison y yo nos escabullimos entre la multitud de mujeres que esperaban con ansias atrapar el ramo de la novia. Frente a nosotras Aarón ayudó a Renata a subir a una silla con mucho cuidado por el volumen del vestido. La tomó por la cintura y le sonrió cuidando de que el movimiento de sus brazos a la hora de arrojar el ramo no la lastimara.
—¡Caballeros, vayan preparando el anillo para la afortunada que lo atrape!
—A la una... a las dos... y a las... ¡tres!
El ramo con flores blancas salió volando por el aire directo a nosotras. Las mujeres detrás de Madison y de mí gritaron y sentí como varias de ellas me empujaron tratando de saltar por el ramo que al final, terminó entre mis manos.
—¡Tenemos a la afortunada!— gritó el hombre y todos aplaudieron.
—¡Pero que alegría!— dijo Renata cuando se bajó con ayuda de Aarón.—Serás la próxima novia.
—Espero que Enzzo no se tarde— me guiñó un ojo Aarón.
—¡Felicidades!— chilló Madison y me abrazó.
—Estoy segura que serás una novia hermosa.—Gracias— sonreí y acepté el abrazo de las dos.
Cuando se separaron de mí busqué a Enzzo entre la gente, lo miré parado a lado de Simón con una sonrisa brillante mientras me miraba. Me acerqué a él y lo abracé poniendo el ramo sobre la mesa.
—Se viene otra boda— sonrió Keith.—Y esperemos que muy pronto.
Sonreí sin decir nada. El tema del matrimonio me ponía nerviosa, no era como escoger el color de unos zapatos, no, era decidir con quien compartirías el resto de tu vida, porque si algo tenía claro era que me casaría solamente una vez. Y esperaba con todas mis ansias que fuera con Enzzo. Por otro lado él no dijo nada, sólo se limitó a besarme y sonreírme toda la noche sin tocar ese tema y lo entendía, sabía como se sentía porque yo estaba igual.
La noche siguió divertida. Dieron la comida y el pastel después de que los novios lo cortaron juntos. Nos dio la una de la mañana cuándo sacaron máscaras, sombreros, lentes de sol y pelucas que se les repartió a las personas que todavía seguían aquí. La música cambió radicalmente y las luces blancas se apagaron dándole espacio a luces de colores que parpadeaban en la pista dónde todos bailamos.
Cuando me dio sed me acerqué a mí mesa a beber agua y fue ahí donde miré a Enzzo con el celular hablando y con dirección al exterior. Dejé el vaso en su lugar y salí detrás de él. Se le miraba molesto y preocupado.
—Habla con él. Se supone que el segundo al mando eres tú porque estás allá. Yo sólo superviso todo desde aquí y recibo los reportes.
Lo miré de espaldas a la puerta cuando me acerqué. No se dio cuenta que yo estaba detrás.
—¡Se ha casado Aarón, no me puedo ir como así en este preciso momento!— noté como sus hombros se tensaron y como apretó el teléfono.—Sabes en la situación que estoy con mi novia, no la puedo dejar— gruñó con molestia y se quedó en silencio escuchando a la otra persona del otro lado del teléfono.— Saldré en unos horas más. En este momento no hay más que pueda hacer.
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Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)
RomanceATENCIÓN Esta es la segunda parte de la Bilogía Amor Eterno, por lo tanto será necesario leer la primera parte (Mi Corazón Es Tuyo) para entender esta parte. ⚠️ALERTA SPOILER⚠️ "Cuándo creí que había encontrado una luz divina que había salvado a mi...