Pintura

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Capítulo 7

Rebecca

—¡¿Qué?!

—¡Baja la voz!

Madison abrió la boca y los ojos de una manera exageradamente aterradora. Estaba tan sorprendida por lo que le había contado así cómo yo lo estaba con lo que había sucedido, y que por cierto, yo había permitido y muy en el fondo pero demasiado al fondo, había disfrutado y pensado en ello todos estos días.

Tan sólo de recordar en la forma en que el rascacielos con traje me había besado, tocado y hablado, mi cuerpo reaccionaba por sí solo de una manera que me avergonzaba totalmente. Tenía sueños indecentes con él desde ese día y cuándo despertaba y me metía a bañar mis bragas estaban totalmente empapadas del mismo fluido que Enzzo había bebido.

—No lo puedo creer— murmuró todavía en trance.—Jamás creí que me dirías que te hizo sexo oral.

—¡Madison!— reproché, con la cara roja.

—¿Qué? No debería darte pena, Rebecca. Creo que la perdiste con él desde hace mucho...

—¿Qué?— fue mi turno de preguntar.

Se quedó callada y me ignoró tomando el rodillo para seguir pintando la pared que estábamos decorando en la cafetería de mi tía. Pronto estaría abierta de nuevo después de una remodelción.

—Nada— siguió pintando y cuándo iba a mojar de nuevo el rodillo, lo impedí poniéndome frente a ella.

—Dime lo que sabes— me cruce de brazos, esperando su respuesta.—¿Acaso él y yo...?

Me tenso tan sólo de pensarlo y me frustra más no poder recordar nada.

—Tú me constante que él y tú ya habían tenido relaciones sexuales, Rebecca. Cuándo eran novios y todo eso.

—¿Qué sabes de la relación que él y yo teníamos?— pregunté.

—Creo que no soy la indicada para contarlo— me miró con pena.—Sólo tú y Enzzo eran los protagonistas y es el único que puede resolver tus preguntas.

Que quité para que siguiera pintando y yo acomodé el periódico en el piso para no mancharlo de pintura.

—He tenido algunas flashes— confieso y me mira desde arriba mientras yo sigo en lo mío.—Y en ninguno lo deja ver como el bueno de la historia.

—¿Dices que no es el bueno y dejas que te bese y toque?— se burla y mi rostro arde.
—Eso es muy contradictorio.

—Estoy confundida— me dejé caer sobre el periódico.—Algo me dice que Enzzo no es bueno...

—¿Bromeas?— preguntó, con cara de incredulidad.—Jamás había visto una pareja como la que ustedes formaban.

—No lo sé— negué.—Pero mientras mi mente no se aclare no quiero tener algún acercamiento con ese hombre.

Nos quedamos en silencio por un momento en el que nos dedicamos hacer nuestro labor en la parte dónde las mesas se acomodan. Mis tíos estaban en la cocina y en el segundo piso había otras personas contratadas por ellos para ayudar.

Me concentré en lo que hacía mientras mis pensamientos iban y caían una y otra vez sobre un hombre peculiar de altura descomunal y unos bonitos ojos azules. Enzzo Harper no salía de mi mente aún cuando me repetía que debía alejarme de él por mi bien.
Tal vez Madison tenía razón, tal vez debía hablar seriamente con él, quería preguntarle a todos lo que Verónica me contó pero no quería exponerla porque ella necesitaba el trabajo y no podía traicionarla así.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora