La invitación

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Capítulo 5

Rebecca

¿Qué tenía Enzzo Harper que no podía sacarlo de mi cabeza?

Habían pasado dos días desde que lo miré en aquella reunión y que me hizo firmar a solas un contrato en su oficina. En todas estas horas no hacía más que pasear por mi cabeza de una forma espeluznante. No recordaba pensar en alguien así como pienso en él.

Estuve un poco confusa por lo que Verónica me había dicho. Hubo ocasiones en dónde estuve a nada de contarle a mi tía y pedir una explicación pero siempre terminaba callada cuándo estaba frente a ella. La observaba, la observaba para encontrar coherencia en lo que Verónica dijo y por más que pensé y pensé se me hacía imposible creer en algo así. Aunque sabía que me ocultaban algo, todos, no solamente ella. En el fondo sabía que había algo que no me terminaban de contar y todos estaban involucrados. Mi tía, mi tío, David y Madison eran cómplices pero no sabía de qué.

Y aunque no quisiera aceptarlo, todo apunta a las palabras de Verónica.

No dije nada.

Simplemente actúe como si nada y seguí yendo al doctor para los chequeos. Me frustró saber que no tenía un avance y que mi recuperación entera sería lenta y pesada. No lo negaré, lloré esa noche en mi habitación sintiéndome inútil por no poder recordar todo y a las tres de la mañana fui escuchada por mi tía, la cuál se quedó conmigo.

Mi vida personal era una maraña de confusión, nervios y tristeza, pero no dejaría que eso me hundiera. Era un milagro estar despierta y estaba agradecida, así que lo único que debía poner de mi parte era trabajar para recuperar mis recuerdos.

—El señor Williams habló conmigo— Levanté la vista de mi tableta cuándo David habló.

—¿Ha pasado algo?

—Para nada—negó.-Simplemente pidió algunas preferencias en el proyecto. Dijo que hablaría con Harper también para ir a la par.

—Supongo que el proyecto se pondrá en marcha la próxima semana.

—Así es. Ya resolví algunos detalles y estamos listos para empezar, ¿Te puedes hacer cargo de los recursos necesarios?

—Sí. De hecho Ámbar y yo iniciamos ayer con eso.

—Perfecto. Harper ya...

En cuánto mencionó al rascacielos con traje dejé de escucharlo. Por más que trataba de esquivar mis pensamientos dónde él se veía involucrado, era imposible. Siempre terminaba con toda mi atención y mi cabeza lo recordaba tan bien que daba miedo.

Es un hombre atractivo y no lo niego. Tiene unos hermosos ojos azules que me recuerdan al mar, el cabello negro parece la tranquila noche. Todo su rostro es totalmente atractivo y ni hablar de su cuerpo. A pesar de que traía traje podía apreciar muy bien su musculatura y aunque no haya querido, mi mente empezaba a fantasear descaradamente llenándome de vergüenza por las noches cuándo despertaba de golpe apretando las sábanas en mis puños.

Era un verdadero desastre.

Me provocaba de todo.

Y eso no era posible.

No era posible, ¿Cómo me puede gustar mi exnovio abusador y tóxico? Era totalmente contradictorio.

Me perdí en el ventanal de su oficina mientras seguía hablando y hablando de no sé qué. Y, cuándo escuché solamente su nombre, la pregunta salió inconscientemente de mis labios sin poder evitarlo.

—¿Qué sabes de Enzzo Harper?

De inmediato guardó silencio y yo desvié la mirada a la pared de alado sin querer ver su cara mientras la mía ardía de vergüenza. Sentí como se acercó a su escritorio y se sentó en su silla giratoria y miré de reojo cómo sonrió.

Mi Corazón Sigue Siendo Tuyo (#2. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora