A partir de aquí todo cambiará. Lo sabes, no?

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Pedro

Día de grabación de 'Cayó la Noche remix'

3 días antes del estreno de 'Ahora y Siempre'

En ese momento, entendí a la perfección a Columbia. Luchar por cumplir tus sueños no era fácil, pero se podía conseguir. Y al igual que ella estaba cumpliendo los suyos al otro lado del charco, yo también lo hacía en casa.

El lugar donde grabaríamos el videoclip no era del otro mundo, un estudio de fotografía en el que previamente nos hicieron fotos para la portada de la canción. Cayó la Noche Remix. Un junte de muchos cantantes emergentes – o ya conocidos – de las islas. Queriendo llevar nuestra tierra a lo más alto. Ese era el objetivo.

Carita de Kendall, con el culo de Kylie, actitud demoledora como Miley – sonaba mientras Juseph hacia el playback para el videoclip.

Quedaba menos para mi parte. Por no decir que empezaría en breves. Sergio cantó un leve trozo y el director del videoclip gritó.

–¡Pedro dale!

Suspiré. Cuando vi la cámara acercándose, supe que llegaba mi momento. El final de la canción. Decidí hacer eso y un par de estribillos entre medio de la canción. Esta última parte era totalmente nueva. Y por eso estaba un poco bastante nervioso por grabarla y que luego no gustara.

Bolsito de Dior cuando sale y un blinblineo que hace que pite el detector de metales – canté flojito con el tema de fondo para ir bien coordinado.

Acabé y suspiré. Los chicos se acercaron y nos abrazamos, felices por el resultado de todo. Horas después, cuando comimos y nos vestimos con nuestra ropa de calle, vimos el videoclip. Sin el audio y sin muchos efectos, pero el borrador de este.

–Está guapísimo esto eh – dijo Sergio con una sonrisa –. Todo va a cambiar.

Todo va a cambiar, repetí en mis adentros. Eso creíamos.

...

Llegué a casa para la hora de la cena. Antes de ir para el comedor para reunirme con mi familia subí rápido las escaleras para darme una ducha rápida y cambiarme. En menos de diez minutos, ya estaba bajando las escaleras para dirigirme al comedor.

–¡Pero si es mi hijo pródigo! – bromeó mi padre.

Llevaba una semana con la broma del hijo pródigo. Yo, sin creerme mucho eso de pródigo, decía que la pródiga era mi hermana mayor, que estaba sacándose la universidad con notas altísimas.

Saludé con dos besos a mi padre, mi hermana pequeña y mi abuela. Que eran las tres personas que estaban ahí. Porque Sofía y mi madre estaban en la cocina. Chismorreando seguro.

Caminé del salón a la cocina. A más me iba acercando más escuchaba la conversación en voz baja que mantenían.

–Están preocupados por ella – dijo mi madre en voz baja.

¿Preocupados? ¿Quién por quién? Me quedé al lado escuchando sin que me vieran. Porque una pequeña parte de mi sabía de quien hablaban. Porque era jueves por la tarde. Y ya se sabía a donde iba mi madre todos los jueves. A la peluquería con la vecina. Y siempre hablaban de sus hijos. De que ocurría en sus vidas.

–¿Qué ha pasado? – preguntó mi hermana en el mismo tono que mi progenitora.

Mi madre suspiró y estuvo unos segundos en silencio.

–Están preocupados porque tiene novio – soltó mi madre.

Me mordí el labio. Tenía novio. Perfecto. Merecía ser feliz. Después de tantos años debía ser feliz. Pero no entendí que problema tenía el hecho de que la poco canaria estaba con un chico.

COLUMBIA | QuevedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora