Columbia
La noche de San Juan. Hogueras, alcohol, amigos y risas. Así definiría la verbena de la que mi amiga tanto me habló mientras yo estaba entre Londres y Estados Unidos. Esta sería la primera noche de San Juan desde que me fui a estudiar fuera. Nunca había pasado toda la noche fuera por ahí. Y quería que fuese perfecta, tal y como Noelia me hablaba tantas veces. Prometía a ser una noche idílica.
Más si él estaría ahí. Como en los viejos tiempos, cuando nuestra noche de San Juan se reducía a las doce de la noche ir corriendo a casa por tener hora de llegada. Pero ahora éramos más libres.
Carson llevaba desde mi vuelta a la isla llamándome sin parar. Eso si le sumabas los mensajes, estaba siendo un tóxico total. Quería volver a entablar relación conmigo, pero ni de coña vamos. Antes muerta, como decía mi madre siempre. O eso quería hacerme creer a mi misma.
Acabé de comerme el paraguayo, mi fruta favorita del mundo entero, y tiré la piel a la basura. Volví al salón y paré unos instantes a mirar las fotos que habían colgadas. Apenas aparecía en ellas, ya que muchas eran tomadas en la isla, lugar donde yo no había estado mucho. Pero mi madre – todo para que no me sintiese mal – dijo que pondrían fotos de este verano para que apareciésemos todos más. Yo salía en mi graduación en Londres, un cumpleaños de los gemelos que se dio que estaba yo aquí y varias vacaciones familiares. Pero sin protagonismo. Tampoco lo buscaba, éramos cinco niños y eso era algo complicado.
Una notificación saltó en mi móvil.
YouTube: Recomendación para ti – FERNET – Quevedo y Rei.
Salió hace días y no tuve oportunidad de escucharla. Por eso, cuando subí a mi cuarto a descansar después de la comida, pulsé a la alerta y subí el volumen del teléfono. Lo dejé en la cama y fui a abrir un poco la ventana a ver si entraba un poco de aire. Pero nada. Decidí dejarla porque tampoco hacía un calor muy insoportable. Quise tumbarme en la cama, pero aún tenía cosas por ordenar que dejé de lado a pesar de la insistencia de mi madre. El primer día con la excusa de que quedé con mis amigos no ordené. Y el segundo por resaca. No tenía mucha pero lo que estaba claro que no tenía ganas de ordenar, pero quería evitarme una bronca de mi querida madre.
Metía la ropa en el armario cuando escuché el icónico y peculiar sonido de la ventana de mi vecino. La maneta para abrir dicha ventana siempre había ido muy dura, por lo que cuando lograbas abrirla, hacia un ruido extraño. Miré hacia allí, cruzándome con los mismo ojos que la noche anterior en medio de la pista. Ninguno de los dos dijo nada. El chico parecía sorprendido por lo que escuchaba. Era su canción. La cual tenía en bucle. Justo cuando Fernet acabó, saltó Némesis. Seguíamos mirándonos, yo con un montón de ropa entre las manos y Pedro con un libro.
Mi hermana Dona me llamó desde la planta de abajo, cortando toda la magia que creamos con tan solo una mirada. Dejé de mirarle. Apoyé la ropa en el escritorio, ya limpio y bajé a la planta baja. En el recibidor, mi hermana tenía la puerta entreabierta y estaba hablando con alguien que no veía porque la puerta lo tapaba.
–¿Qué pasa Dona? – pregunté a la medio rubia.
Ella giró su cabeza y suspiró. Abrió la puerta al completo y dejó ver a mi peor pesadilla.
Carson estaba aquí justo el día más importante del verano. El moreno sonrió y se intentó acercar a mí, pero mi hermana menor lo impidió. Carson le dedicó una mala mirada.
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COLUMBIA | Quevedo
FanficColumbia quiere triunfar en el baile. Eso siempre lo ha tenido claro. Dejará atrás su isla, su familia y amigos. También a él. A Pedro, su mejor amigo prácticamente desde que nació. Pero su sueño está por encima de todo y todos. Y no parará hasta co...