¿Es demasiado tarde o no?

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De Pedro a Columbia.

No sé como empezar esto. Sabes bien que estas cosas no son mi fuerte. Pero por amor, uno hace hasta lo imposible. O eso dice mi abuela.

No ha habido un día de mi vida en el que no hayas sido protagonista. En el que no te haya pensado, por mucho que me renegara a hacerlo. Día en el que solo haya querido y deseado que estuviéramos juntos a pesar de todo y todos. Intenté enamorarme de otras personas solo para olvidarme de ti. Pero no fue posible. Vives en mi mente, te has creado una casita allí y dudo mucho que tu nombre se olvide entre mis recuerdos.

Te vas. Otra vez. No voy a culparte por nada. No debo hacerlo. Es tu vida, tu debes cumplir tus metas y sueños por encima de todo. He tardado seis años en entenderlo.

Perdoname por todo el daño que te he hecho por no querer quitarme esa venda de los ojos que me impedía ver que tu vida no debía estar atada a la isla. Que debías ser un pájaro libre y volar en libertad. Que nada, y sobre todo nadie, podía decirte nada. Que eres una mariposa. Mi mariposa. En libertad, como debe ser.

Tengo un álbum entero que habla de Donde Quiero Estar. Gracias a él entendí muchas cosas de ti. Entendí que todos debemos hacer nuestras vidas, aunque nos marchemos. Que la distancia no muere si se mantiene el contacto. Si en cada sitio al que vas, pones una foto en el techo para recordar de donde vienes.

Todo esto se me da fatal. Lo siento. Siento no haber sido un mejor amigo y mucho menos un novio decente. De esos románticos de novela. Novela la que podrían hacernos. Porque historias como la nuestra solo son dignas de novela.

Siento hacerte una carta sin sentido y un poco mierdosa. Prometo que, si llega a existir otra, lo haré mucho mejor.

Te quiere, te quiso, y te querrá siempre,

Pedro L. Domínguez Quevedo. 

...

Columbia a Pedro

Podría escribirte muchas cosas con respecto a tu carta. Esa que me renegué a leer de inmediato por miedo a regresar corriendo entre tus brazos. Pero cuando la leí, tuve demasiadas ganas de volver a ti. A nosotros. A todo lo que hemos vivido y estoy segura de que nos queda por vivir. Porque no serán pocas.

Seré breve, no soy una mujer de muchas palabras.

Un nuevo verano está con nosotros. Uno lleno de nuevas experiencias. Experiencias que solo quiero vivir contigo. Mi mariposa, como bien me llamas en tu carta. Tu hablas de donde quieres estar. Yo quiero estar contigo. Quiero y he querido durante años estar contigo a pesar de todo.

A pesar del daño, todo contigo.

A pesar del miedo, todo contigo.

A pesar del futuro que viene, todo contigo.

Si lees esto de inmediato cuando te lo de Félix, que seguramente será así, asomate a la ventana. Sabes que siempre habrá alguien esperando al otro lado una respuesta. Aunque sea demasiado tarde.

¿Es demasiado tarde o no? 

___

Es el último capítulo más el epílogo. Esto ha llegado a su fin. Escribo estas palabras con los ojos aguados, algo que no me había pasado desde hacía ya un tiempo. Esta historia fue un cambio arriesgado, pero de los mejores que he tomado aquí en Wattpad. 

Haré unos agradecimientos más extensos, porque esta historia lo merece, pero por el momento, gracias por acompañarme en esta aventura. Nos vemos en mi próxima historia con Quevedo (2024). Pero antes, habrá una segunda parte con Saiko 'Polaris'. Si no quieres perderte nada del estreno de estas dos próximas historias, te invito a seguirme si aún no lo haces. Tanto por aquí como en mis redes, ya sabéis que soy muy activa por allí :) (user en la bio de wattpad)

Gracias una vez más por leerme <3

COLUMBIA | QuevedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora