Pedro
Hacía ya dos meses desde que Columbia estaba en Londres. Y cada día la añoraba más su compañía. Íbamos juntos a clase, por lo que me acostumbré a tenerla en mi rutina diaria.
Las olas colisionaban con las rocas, haciendo que se creara un sonido único. Como si aquella cala tuviera su propia banda sonora con la que acompañar los momentos vividos allí. Era de las más escondidas y solo los locales la conocíamos. No era la típica cala que acababa invadida por turistas. Decidimos reservarnos algunas para nosotros. Para poder disfrutar de nuestra isla. Nuestro mar, nuestra arena. La que nos acompañaba durante muchos años.
Miré al horizonte. El atardecer estaba acabando. En poco se haría de noche y debía regresar.
Aquella tarde fui solo hasta allí. Necesitaba pensar. Y tranquilidad para componer la canción.
Hasta que me conoció, ella no se lo esperaba...
Esa era la única barra que tenía. Se me ocurrió en la ducha el día anterior y desde entonces la tuve todo el tiempo en mi cabeza. La anoté en la libreta que usaba la frase mientras posaba la vista al mar.
Justo cuando más en calma estaba, noté mi teléfono vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón de chándal gris.
Colu <3
Le respondí al instante a la videollamada.
–Has llamado en el momento adecuado – dije, cambiando la cámara para que no saliera mi rostro, sino el atardecer.
–Dios, es precioso –dijo con una sonrisa.
Preciosa eres tú, pensé.
–Demasiado perfecto para ser real. Esto en Londres no lo tenéis – piqué y ella se rio.
–En Londres tenemos – empezó, pero enseguida paró. Haciendo que me saliera con la mía.
Canarias 1 – Londres 0.
...
Hace tres meses. Antes de la carta.
Columbia
Miraba desde la arena como Juseph y Pedro se tiraban agua. Creando una guerra de agua. Noelia, a mi lado tumbada, llevaba tomando el sol media tarde. Ella era bastante blanquita de piel y siempre tenía el mismo objetivo: ponerse morena, aunque el moreno le durara unos pocos meses. Yo tampoco es que fuese muy morena, pero no le tomaba tanta relevancia. El moreno era algo típico de la isla. Y no era la más isleña de todos los presentes en la playa. Que éramos solo el grupo de amigos. Como siempre, íbamos a las más escondidas para poder tener un poco de tranquilidad.
Aquel verano nuestra isla fue uno de los destinos turísticos más aclamados. Cosa que provocó una masificación de las playas más céntricas. Pero que también hizo que la economía creciera. Cosa que era buena para los locales.
–Colu vente va, ayudame – dijo mi amiga, levantándose y sacudiéndose la arena del trasero y las piernas con rapidez al lado de la toalla.
Seguí a mi amiga sin saber muy bien que íbamos a hacer. Pero cuando vi que entraba en el agua lo supe.
–Ni de coña tía – dije, en la orilla.
Aquel día no me apetecía nada bañarme. Estaba con cólicos de regla y no acababa de encontrarme del todo bien. Iba con tampón y podía bañarme sin problemas, pero simplemente no me vino de gusto.
–Venga Colu – animó Kevin, con una sonrisa al lado de Pedro.
Desde una de las rocas más alejadas, Sergio gritó también que me metiera. Todos insistían, menos él. Que se acercó levemente hacia mí, aun parada en la orilla mirando al frente sin mucha emoción.
ESTÁS LEYENDO
COLUMBIA | Quevedo
FanficColumbia quiere triunfar en el baile. Eso siempre lo ha tenido claro. Dejará atrás su isla, su familia y amigos. También a él. A Pedro, su mejor amigo prácticamente desde que nació. Pero su sueño está por encima de todo y todos. Y no parará hasta co...