Pedro
Hacía casi un mes que Columbia no estaba. Y en vez de pensar en la batalla de aquella noche, solo tenía pensamientos de recuerdos del pasado. Hablábamos por chat casi todos los días, pero sobre nada especial. Contábamos nuestros días, ya nada era como antes, me dije. Aunque yo quería que todo siguiera como antes, era inevitable que algo cambiara.
Caminaba con Sergio hacia el centro de la plaza. Estábamos nerviosos, aunque no lo decíamos públicamente. Casi llegaba media noche y hacia bastante fresco. Nosotros fuimos bien equipados con nuestras sudaderas negras con el logo del equipo de futbol del barrio donde jugábamos. No era nada profesional, solo un grupo de chavales divirtiéndose sin ánimo de llegar a las grandes ligas.
Llegamos a la plaza, donde un chico alto, moreno, con una sudadera azul y ojos del mismo color nos recibió con una sonrisa. Iba con un papel en sus manos, y no paraba de mirarlo hasta que nos acerquemos ahí.
–¿Vais a competir u os quedáis a ver? – preguntó mirándonos a ambos de arriba abajo y luego dirigiendo la vista al papel doblado de sus manos.
–Competimos – dijo mi amigo con cierto miedo, pero parecía de lo más seguro.
Enseguida entramos dentro del corro de personas, situado en el centro del recinto, donde las batallas ya dieron comienzo desde hacía un buen rato.
–Ahora van Maikel contra Edu, luego os asignamos a un rival y saldrá uno de los dos – comentó el chico y enseguida asentimos, nerviosos.
Miré el móvil, mi hermana mayor me escribió un mensaje hacia poco más de diez minutos.
Sof Tata :)
¿Qué tal la batalla?
¿Ha empezado ya?
Le respondí brevemente y me deseó suerte. Dijo que estaba en videollamada con Columbia y que ambas estarían atentas a la competencia. Por lo que sabía, los fines de semana los pasaría con su tía en la casa que tenía a pocos minutos de la academia. Por lo que tendría más libertades para el uso de la tecnología.
–Quevedo contra Isaac, la próxima – anunciaron los organizadores, entre ellos el chico del papel, antes de que la otra pelea empezara.
Durante toda aquella batalla, aluciné con las barras que se tiraban. Pensé si yo podría hacerlo tan bien. Llevábamos mucho tiempo practicando, pero los nervios podían traicionarme. Y no quería defraudar a Sergio y Juseph ni mucho menos a mi hermana. Que decir de Columbia. La cual estaba al corriente de lo que iba ocurriendo en la plaza gracias a mi hermana. A ella no quería defraudarla. No lo haría, me repetía una y otra vez.
La batalla acabó con una arrolladora victoria de Edu. Entre aplausos al ganador, me avisaron de que me tocaba a mí. Miré a Sergio, de pie a mi lado, y este asintió con su cabeza levemente.
–Saldrá bien. Desconecta la mente.
En otras palabras, no pienses en ella. Pero no lo dijo directamente. Me acerqué al centro y noté todas las miradas sobre mí.
Y comenzó. Las barras iban y venían, siempre tratándonos con respeto. Cosa que en la anterior no sucedió. Pero ellos se conocían, eran los veteranos. Isaac y yo solo nos estábamos tirando barras y nos sabíamos el nombre de otro y da gracias.
Acabó cuando nos pusieron pausa los chicos. El público que nos rodeaba aplaudió y yo, exhausto y con la garganta seca, solté un suspiro y me llevé la mano al pecho. Estaba como en una nube. Lo había hecho bien, me decía para intentar volver a la realidad. Lo hice bien, pero quizás no ganaba aquella noche y no pasaba de ronda.
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COLUMBIA | Quevedo
Fiksi PenggemarColumbia quiere triunfar en el baile. Eso siempre lo ha tenido claro. Dejará atrás su isla, su familia y amigos. También a él. A Pedro, su mejor amigo prácticamente desde que nació. Pero su sueño está por encima de todo y todos. Y no parará hasta co...