Pedro
Estaba soñando. Era obvio que aquello no podía ser real, me decía una y otra vez. Era tendencia en Twitter desde que salió la canción, hacía unos días. Millones y millones de visitas en YouTube y reproducciones en Spotify. En la cabeza de las listas de éxitos. Sonando en las radios nacionales e internacionales. Eso no me estaba pasando a mí. Ni de coña vamos.
–Pedro, ¿me estás escuchando? – la voz de mi hermana Sofía me sacó del trance en el que entré por unos minutos.
Dirigí la mirada al vestido que llevaba. Era exactamente igual que el anterior. Y el anterior del anterior.
Mi hermana Sofía se casaba. Con su novio desde los trece años, estaba loca, le dije cuando me informó de su matrimonio con Héctor. No era mal tío, pero no acababa de verlo para mi hermano. Demasiado meloso para lo que ella era. Que mi hermana era cariñosa y eso, pero también tenía sus puntos de frialdad.
–Perdona, te escucho – me disculpé –. ¿Qué decías? – pregunté a la vestida de blanco.
Era la primera prueba de vestido. Mi hermana pequeña tenía instituto y mi madre trabajaba, así que no pudieron venir. Las amigas de mi hermana eran bastante insistentes y pesadas y no acudieron tampoco a la tienda. Sofi alegó que era sorpresa para todos, aunque yo lo estaba viendo y opinando como si fuera un experto.
–Que dejes de pensar en Columbia y me ayudes a elegir – dijo y no pude evitar esbozar una sonrisita nerviosa.
–Te tiene que gustar a ti.
–Pero eres mi hermano. Tendré que llamar a Colu para que me ayude – comenzó. Siendo sincero, no me negaría. Llevaba días sin verla. Entre Fuerteventura, que nos fuimos con sabor agridulce por lo de Miguel, el estreno de la canción y que fui a cantar a un festival de Madrid, apenas la vi.
Tenía otro festival en un par de semanas también en Madrid y no dudaría en llevarla conmigo. Mis amigos ya iban a venir. Además, Juseph cantaba también y Noelia estaría allí.
–Te ayudo yo. Pero si le dices que venga – le dediqué una pícara mirada.
–Ni de coña. Si te distraes y no está aquí. Te quiero concentrado.
Asentí. Estuvo probándose vestidos durante toda la hora siguiente. Yo los veía casi todos idénticos, hasta que llegó uno. Era bastante discreto, a diferencia de los que venía probándose. Todos pomposos y con mil cosas. Pero este era diferente. Alguna transparencia, pero no muchas. Se amoldaba a su cintura y caía como cola de sirena. Era precioso.
–¿Te gusta? – preguntó, algo temerosa. No paraba de ajustarse el bajo y el escote. Estaba nerviosa y se notaba mucho.
–Mucho.
Mientras ella sonreía y parloteaba como loca por su gusto por el vestido. Yo sonreí y no pude evitar pensar en como Bia estaría de preciosa con un vestido de novia.
...
Columbia
Entré a la habitación y Sergio estaba ahí. Ya era su casa esta.
–Así que, os habéis comido la boca – comentó y mis mejillas enrojecieron.
Había pasado casi una semana desde Fuerteventura. Y estaba todo el día pensando en él. A cada rato, ahí estaba.
–Primero, entras a mi habitación sin permiso – comencé, pero claro, mi amigo tenía argumento.
–Corrijo, tu madre me ha dejado pasar – rodé los ojos.
–Vale. Y segundo, eres cotilla como tú solo.
Soltó una carcajada y fui a sentarme a la cama, donde Sergio estaba sentado con el móvil. Le abracé como pude y me senté a su lado.
–Pero cuéntame el chisme mujer – reí yo esa vez.
Le conté todo lo que sucedió en la isla vecina. Incluido el corazón roto de Miguel. Quien había vuelto a Granada nada más regresamos a la isla. Mantenía en contacto con él, porque estuvo muy decaído durante el viaje en barco de vuelta. Sabía que habló con la amiga de Selena, la novia del chico con el que se acostó la primera. Todo digno de culebrón sin duda.
–Wow, menuda telenovela – asentí –. Pero lo tuyo también...
Sonreí.
–Le solté un 'te quiero' a Pedro.
Se sorprendió, como no. Hasta yo misma lo hice cuando lo solté. Me salió solo, sin planearlo. En medio de un beso. Uno que nos llevo a muchos más. Pero solo eso, un lío. Nada más.
–¿Te arrepientes de habérselo dicho? – negué levemente –. Pues ya está, no le des más vueltas. Vive el presente. Ah – pareció acordarse de algo –. A lo que venía. Pedro está con su hermana por ayudándola con lo de la boda y tal – asentí. Mi madre me lo dijo esa mañana. La hermana mayor de mi vecino se casaría –. Pues el niño antes tiene un festival. Y Juseph también cantará – sonreí.
Adoraba que mis amigos de toda la vida estuvieran comenzando a hacerse un hueco en la música. Sergio también estaba metido, pero era tímido para los escenarios. Lo llevaba trabajando un tiempo y tenía la certeza de que, para los siguientes festivales, estaría ahí petándolo junto a sus amigos.
–¿Y qué pasa? – pregunté. Aunque viendo que iban los dos, sabía por donde tiraría la conversación. Más si era el segundo festival de Pedro y el primero de Juseph.
–Va a venir Noelia también y bueno, Pedro quiere que vengas.
¿Por qué no me lo pedía él? Me pregunté, extrañada en mis adentros. Era su festival, al fin y al cabo. Que me lo pidiera Sergio y no Kevin o Pedro, me extrañaba bastante.
–¿Por qué no ha venido él? – me saqué la pregunta de encima, era necesario para saciar mi intriga.
–Porque bueno, vas a ponerle una excusa cuando te diga de venir. Dile que tienes algo del trabajo nuevo.
Me contrataron durante el verano como profesora de baile en el casal de verano de la academia. Y ya llevaba una clase. Eran unas niñas y un par de niños preciosos, unos amores de personas con un talento y un corazón increíbles. Pensé que me costaría adaptarme, pero para nada. Me acogieron bien, a pesar de ser niños de diez años.
–¿Y qué has pensado eh, mente maestra? – bromeé.
Cuando venían a Londres, solo la parejita y él, siempre era él que buscaba planes para hacer. Aunque yo viviera en Londres. Quería sorprendernos a todos. Y vaya si lo hizo. Gracias a ellos y a mis amigos de academia descubrí casa rincón de la ciudad. Una que algún día, quería enseñarle en profundidad a mi mejor amigo.
–Que vengas de sorpresa al backstage. Rollo muy sorpresa. O eso, o que estés en primera fila. Lo que quieras.
Una idea, algo loca, vino a mi mente.
–¿Y si me pongo con un cartel en primera fila? – comencé a pensar. Y tenía claro que pondría en ese cartel. Era obvio.
Comenzamos a pensar y pensar ideas, de como no se lo diríamos. Como nos compinchamos todos. Amigos y familia. Tenía que salir todo perfecto. Porque estaba a punto de declararme en un festival con miles de personas mirándome. Ya puede salir bien, me dije.
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Espero que os haya gustado el capítulo <3
Si llegamos a 50 votos hoy, os subo el siguiente!!!
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COLUMBIA | Quevedo
FanfictionColumbia quiere triunfar en el baile. Eso siempre lo ha tenido claro. Dejará atrás su isla, su familia y amigos. También a él. A Pedro, su mejor amigo prácticamente desde que nació. Pero su sueño está por encima de todo y todos. Y no parará hasta co...