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Tuve algunas pesadillas pero sentí calor cada vez que las tenía. Era una sensación agridulce, pero era más dulce que agria.

Al despertar me dolía la cabeza, tomé una aspirina pero no me alivió. Mire el día y... ¡Hoy me venía la regla! Pensé en mi mente. Al pocos minutos sentía que mis tripas iban a salir y que mi cabeza iba a estallar, además de desangrar. Suerte que mi regla no dura más de 4 días.

Me senté con mi bolsa de calor en el sofá y me quedé mirando una serie de tragicomedia.

Alrededor de las 8:00 se despertó Raúl, extrañado de que no estaba al lado suyo. Al salir del cuarto me vio en el sofá medio llorando por una escena súper triste. Me preguntó que qué me pasaba pero no le quería responderle por la vergüenza que me daba. Pero mi silencio le hizo saber lo que pasaba.

Me preparó un desayuno digno de un caballero de la mesa redonda. Y me preguntó que quería que hiciera de comer. Yo le dije que me apetecía unos espaguetis a la carbonara con zumo de melocotón y de postre Mochis de mango.

El se fue por alguna hora a comprar todos los ingredientes. Cuando vino empezó primero por hacer los Mochis. Hizo primero la masa que recubre el relleno, luego empezó a hacer un helado de mango aún que antes de congelar lo dejó reposar. Luego empezó a exprimir el jugo de algunos melocotones y a hacer el zumo junto a algunos plátanos, y con los melocotones restantes hizo gelatina y la incorporó al helado de mango y lo puso a congelar. Cuando acabó todo de la repostería, sobre las 12:30 empezó a hacer los espaguetis y a poner en fuego los tocinos en trocitos, al hacerse los tocinos les puso la nata por encima para espesar. Retiró los espaguetis por qué ya se hicieron y por encima le puso toda la salsa de nata con bacon, lo terminó con un poquito de perejil troceado y los sirvió en 2 platos.

Me quedé asombrada. Esperé un poco a que se enfriara un poquito, cogí un tenedor, atrapé algunos espaguetis, soplé, probé, y... ¡WOW! ¡Estaba buenísimo! Lo terminé en 2 minutos.

Con la bola que se me hizo en la garganta bebí un poco de zumo. ¡Estaba impresionante! Lo bebí todo en un pispas.

Al terminar todo, Raúl me trajo los Mochis de mango. La probé, y estaba mejor que muchos otros que probé, por no decir todos. Me lo zampé en un visto y no visto. Al terminar todo le elogie a Raúl por la riquísima comida que me preparó.

Me preparó el sofá con manta, gominolas, palomitas y muchos refrescos, yo cogí algunas más de mi despensa personal llamada "el cajón de los antojos" y nos pusimos a ver películas hasta quedarnos dormidos.

Un Amor Psicópata  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora