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Este día, me pasaba todo lo malo, me desperté tarde con ojeras y dolor de cabeza, a parte me había bajado la regla (tengo irregular) me tomé una pastilla y le pedí a Raúl que me llevará a la gala.

Al llevarme, notamos que había un atasco terrible, y con el mareo y las ganas de llegar, empecé a vomitar.

Llegamos, y con suerte, aún estaban llegando gente, a si que entré, me arreglé (por qué con suerte, aún no me había puesto el vestido y encima, había vomitado encima del pijama. Hay que decir que en cada día, ponía ropa diferente.)

Todo iba bien, hasta que empezó a sonar la alarma de incendio. Todos tuvimos que evacuar. Todos se quedaron tristes al decir que no iba a dar tiempo a leer todos los capítulos, pero como yo tenía mucha imaginación, pedí el jardín del teatro, y puse ahí el micrófono, los altavoces y la silla con la mesa para leer.

A todos les había encantado esa idea, ya que se estaban sofocando ahí dentro.

Al terminar todo, ese día había rueda de preguntas para el público, todos me preguntaron de mi historia y como empecé a leer.

Como no sabéis la historia, os cuento lo que conté en esa rueda de preguntas; yo era una niña tímida, me gustaba mucho leer y divertirme. Mis profesores y cuidadores me ayudaban en todo. Un día, la profesora nos hizo hacer un cuento para niños con cosas específicas para cada uno (nos puso varios papelitos con nombres de cosas en ella y nos puso a cada uno como 8 papelitos)

Yo en ese tiempo, tenía un montón de imaginación, y empecé a escribir sin pensar, sin tener en cuenta los factores que tenía en cada parte de la historia.

Al entregar a la maestra, me puso de calificación un 10 redondo, y me dijo que me inscribiera en un concurso, que bueno, quedé 3ra. Aún así, yo empecé a escribir y a escribir, y para entonces ya había ganado varios concursos.

Siguieron preguntándome, me preguntaron sobre qué cosas escribir, como pueden empezar a escribir, y como había empezado a publicarlas ahora. Les respondía una a una, lo último, ya lo sabéis.

Al acabar, tuve que volver en bus, y fue el viaje más largo de mi vida. Como era de noche, pasaba por zonas diferentes de lo habitual y tarde 2 horas en llegar a casa.

Ya en casa, a las 3 de la mañana, me tumbe en el sofá, por qué Raúl estaba profundamente dormido, y no le quería despertar. Me quedé dormida enseguida.

Un Amor Psicópata  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora