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Me despertó una sirena. Mi amiga ya no estaba. Fui al pasillo a preguntar qué había pasado, encontré a una enfermera, me dijo que mi compañera, Mar y otras chicas habían salido.

"Creo que ya se donde está mi compañera" le dije. Llamé a Raúl y efectivamente, le estaban siguiendo algunas chicas, ¿y como lo saben? os estaréis preguntando. Le dijimos a mar donde nos situamos. Raúl me dijo donde se encontraba, y la enfermera dio el aviso. Le dije a la enfermera que por favor no diga que yo fui quien dio el aviso. Ella afortunadamente accedió.

Como ya eran las 8 de la mañana, me vestí para ir a la terapia, no antes de avisar a Raúl que se quede tranquilo que ya habían ido patrullas a buscarlas. Me puse en el sitió más chulo de todo el círculo, con vistas a todo (estábamos en una montaña).

Cuando sólo faltaba media hora de terapia en grupo vinieron las que se fugaron. Estaban cabreadas porque la jugada les salió muy mal. Al terminar fui a mi habitación a cambiarme para luego ir a la piscina, pero al llegar, vi que las cosas de mi compañera no estaban. A esas chicas les habían llevado a las habitaciones del castigo, no tenían derecho de ir a la piscina, ni comer lo que ellas querían, (había una especie de comedor con bandejas como si estuviéramos en la escuela, pero a diferencia de la escuela, la comida era más dividida, con muchas más cosas, como si fuera un buffet libre).

Como me quedé sola, me dijeron que si quería ir a la habitación de una chica, yo accedí. Recogí mis cosas y me fui a mi nueva habitación. Ahí estaba mi nueva compañera. Me acerqué a ella para charlar un poco y conocernos. Se dio media vuelta para mirarme , me miró de arriba a abajo, y me dijo que no hablaba con malas amigas. Me di cuenta que lo decía por Mar, le intenté decir lo que había pasado, pero no me quería escuchar. Le pregunté qué es lo que había dicho Mar de mí. Me miró y me dijo: "nos dijo que habías mentido de que ella había hecho daño a la gente y que la habían internado por conducta psicótica" yo me sorprendí. Llamé a la madre de Mar.

- Hola, cuanto tiempo Johan, ¿Qué tal?

- Estaría bien si tu hija deja de mentir sobre mí- mientras decía eso, sentí como miraba la otra chica

- ¿Qué dices? pero si está en el psiquiátrico, ¿Cómo sabes lo que está diciendo si tu no estas ahí?- la tenía en altavoz.

- Estoy internada ahí por algunos problemas que no están relacionados con tu hija, pero al parecer tu hija, está poniendo en contra mía a todas las chicas de aquí mintiendo.

- ¿no jodas? ¿y estas bien? no habrán hecho nada, ¿no?

- No, no haciendo el vacío por que al parecer, yo mentí que ella estaba haciendo daño a la gente, y que la habíais internado por "conducta psicótica"

- pero si la hemos internado por mentirosa- al decir eso, la chica se sorprendió y se fue hacia donde estaban las chicas, casi todas estaban en la piscina y algunas en la zona de los chicos.

- muchas gracias por atenderme, pero como tu ya sabes, no me gusta que mientan sobre mi y quería que supieras cómo sigue tu hija.

-Gracias a ti hija, y ya lo siento, ya hablaré con las enfermeras para que escarmienten a Mar.

- No creo que puedas hablar mucho con ella, hoy a la mañana se había escapado con un grupo de chicas

-¿¿¿¿¿¿QUE?????? bueno te dejo, que voy a hacer algunas llamadas- Colgó

Llegó una psicóloga a la habitación y habló conmigo.

Hablamos durante 1 hora, ya que ella tenía que ir hacia otra persona antes de ir a comer. Me dijo que si seguía así, iba a irme de ahí antes de mi cumpleaños. La verdad es que me sentía mejor después de eso, fui a la zona de juegos a divertirme un poco, y después de eso fuimos a comer, para ese entonces la otra chica había hablado con las otras chicas, y todas estaban muy avergonzadas. Me sentí bien conmigo misma, porque había hecho justicia.

por la tarde, fui a la piscina, pero sorprendentemente, no estaba ninguna chica. Dentro de la piscina, estaban los chicos. Les pregunté si podía hacer unos largos con ellos. Ellos dudaron, pero luego de verme mejor me dijeron que sí. Eran más majos que las chicas de ahí. Estuvimos hablando y nadando toda la tarde, y yo me sentí mejor que con la mayoría de las chicas.

Me fui a duchar después de varias horas hablando, me duché y me dirigí hacia la explanada, para meditar un poco hasta la hora de la terapia grupal.

Al llegar todos, apagué la música y atendí a la terapia. Al terminar me dijeron que si quería, me podía quedar ahí un poco más para meditar, o que si quería ir al mirador por sí por la noche hiciera frío, que no me congele. Me decanté por el mirador. Me fui ahí y puse música para relajarme, y en un momento me quedé dormida sentada.

Un Amor Psicópata  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora