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Hoy era el último día, nuestro barco zarpaba a las 23:00 de la noche, y teníamos que hacer las maletas. Fuimos a desayunar antes de empaquetar todo. Mi tío mayor, nos comentó que tendríamos que ir hasta miami, que el barco zarpaba desde ahí y tendríamos que coger un vuelo que permita subir coches.

Todos fuimos seguidamente a hacer las maletas. Los niños se quedaron jugando en la zona de juegos. Al terminar de empaquetar todo, fuimos al aeropuerto cercano (el que cogieron el día anterior mis tíos).

Al llegar, nos sobraban un par de horas antes de embarcar, así que en la tienda de delante del embarcadero, tomamos unos aperitivos.

Fuimos a embarcar, y no encontraba a algunos de mis tíos. De repente, mi primo más pequeño comenzó a decir: mira, mira, ¡es papi! Está trabajando en el avión Ahí me alivié ya que pensaba que no habían llegado.

La aerolínea era muy de bajo costo, se notaba por el mantenimiento que le daban a los asientos y el trato de las y los azafat@s.

Llegamos a Miami a mediodía. comimos en un bar del aeropuerto, y fuimos a dar una vuelta por algunas calles de Miami. Hasta que escuché algo, bueno Más bien escuchamos algo familiar, todos los que estábamos. Miramos hacía el lado en el que provenía la voz. Aún no se distinguía lo que decía y quién era. Nos acercamos un poco, y claramente escuché un hija muy suave y muy débil. Empecé a investigar, hasta que ví un hombre cuyo aspecto era horrible, y al lado una mujer con huesos como piel. Se notaba que no habían comido en días. Seguían diciendo hija, ¿eres tú? me estaba empezando a asustar, y se notaba mucho, tanto, que mis tíos me alejaron de ellos y Raúl se puso delante. Lo que me cambió de parecer hacia esas personas es que escuché un Raúl nuestro yerno, ¿Te acuerdas de nosotros? Nosotros te dimos el trabajo de cuidar a nuestra niña con problemas cardíacos Ahí, nos quedamos todos estupefactos, claro, menos los niños, porque mis otros tíos los llevaron a otro lado. ¿papá? ¿mamá? ( fui hacia donde ellos y les quise abrazar pero mis tíos me detuvieron) quiero explicaciones de lo que ha pasado. Explicaron cómo fueron los hechos, que no lo hicieron a posta, que unos personajes los habían asaltado y drogado para no despertar durante lo que quedaba de noche y todo el día siguiente. Los dispositivos, los dejaron en el crucero ingenuos de que no iba a pasar nada.

No podíamos hacer nada, porque los boletos ya estaban comprados y ya no había espacio en el barco. Les llevamos a un bar a que comieran y bebieran. Ahí platicamos un rato de lo que ha pasado últimamente, conocieron a Alicia, al principio la rechazaban, pero luego empezaron a acercarse más.

En ese momento me vino una idea, como son 2 personas, íbamos a darle los boletos de Raúl y mío, así, en las 12h de trayectoria, iban a acercarse mucho más. Le conté esto a Raúl y le pareció buena idea. Lo comenté seguidamente, y todos dijeron que sí.

Estaba buscando boletos de avión para 2 personas ese mismo día, pero no había ninguna disponible. Cogí los boletos para el día siguiente sobre las 5 de la mañana. Debíamos quedarnos despiertos, porque tendríamos que embarcar a las 3 de la mañana.

Esa tarde estuvimos charlando, comiendo y viendo a los niños jugar tranquilamente.

Nos dirigimos hacia el puerto donde estaba el barco ya esperándonos. Me despedí de todos y le di un abrazo a Alicia. Raúl le explicó de nuevo que íbamos en avión y ella se iba con sus abuelos. Ella estaba confundida por que aun no sabia quienes eran sus abuelos. Raúl señaló a mis padres y ellos aún llenos de mugre y despeinados sonrieron como pudieron. Alicia tenía miedo, se notaba, pero yo me acerqué a mis padres y ahí empezó a acercarse más a ellos. Antes de que se vayan, encontré un dispositivo más exacto que traducía inmediatamente las frases que decían, y se los entregué a mis padres para que en el viaje se entendieran mejor.

En el embarcadero, a punto de entrar, les dijimos al capitán que yo daba la autorización de que mis padres sean los que entren en vez de Raúl y yo, les enseñamos nuestra identificación para confirmar que somos los destinatarios de los sitios reservados. Afortunadamente, nos dejaron que ellos se apropien de la reserva, y les dimos todas nuestras pertenencias salvo una mochila en la que llevamos las cosas que necesitaríamos en el viaje.

Raúl y yo nos dirigimos al aeropuerto para estar ahí cuando tengamos que embarcar. Fue media hora de caminar y media hora de cola para ir al sitio donde tendríamos que esperar a que llegara el avión. De lo cansada que estaba, me acosté y sin darme cuenta me quedé dormida.

Un Amor Psicópata  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora