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Recuerdo mi sueño. Recuerdo que estoy en casa, con mis juguetes y las personas que amo... Tía... Te extraño.

Mi tía era mi persona favorita... Hasta que un trágico accidente le arrebató la vida... Ella era una gran matemática, creo que por eso me gustan tanto las matemáticas.

Desperté sudando, aún me dolía un poco la tripa... Pero estaba mejor que el otro día. Raúl me trajo un batido de frutas, estaba buenísimo. Me preguntó si quería salir a dar un paseo, yo le dije entre broma que desde cuando esto había dejado de ser un secuestro. Nos echamos a reír. Me ayudó a levantar y como estaba tanto tiempo con las mismas ropas, me trajo las mías de mi casa. Me llevó a la ducha y me duché (sola, no seáis malpensados). Me vestí y me fui a donde estaba Raúl. No creo que sea malo, sólo creo que ha tomado malas decisiones.

Me llevó a fuera, me dijo que íbamos a donde Mar. Yo me extrañé ya que me dijo que él había matado a Mar. Me confesó que todo era una mentira, que lo había inventado para meterme miedo. Me enfadé un poquito, pero su simpatía me ablandó el corazón.

Entramos en un psiquiátrico, Mar se encontraba en la planta 3, en la sala de superación. Nos dirigimos ahí, y al vernos, me abrazó. Me pidió perdón por lo que había hecho, yo le perdoné. Nos pusimos al día, ella me contó su experiencia en el psiquiátrico, y yo en cambio le conté sobre Ben y sobre su prima. Ella extrañada me dijo que no tenía primas, que sus padres no tienen hermanos. Miré a Raúl con una cara de asesina, él miró para el otro lado avergonzado.

Nos tuvimos que despedir, ya que yo aun no estaba muy bien y además a ella solo le dieron 1h y media para estar conmigo.

Raúl y yo fuimos hacia su casa, me enseñó el lugar donde vivía, ya que no vivía en el sótano donde estaba yo alojada. Me enseñó su cuarto de pequeño, y las fotos de su familia. Él no tenía a sus padres desde hace 4 años, era el mismo año en que mi tía murió. ¡Qué extraña coincidencia! le dije lo de mi tía y también murieron por un accidente. ¡Que vueltas da la vida!

Nos entristecimos al recordar la muerte de nuestros seres queridos, pero rápido me incorporé e hice que Raúl dejara de pensar en eso. Comimos, andamos un poco más y nos regresamos al sótano donde me preguntó que si quería seguir estando ahí o que si quería ir a su casa.

La verdad es que me había acomodado ahí abajo, no es un lugar oscuro ni nada por el estilo, al contrario, estaba muy amueblado y colorido, parecía una casa con todo lo que tiene en ella, lo único que es un sitio más pequeño y no tiene ducha.

Me despedí de Raúl y me tumbé en el colchón. "Es un chico muy caballeroso, no sé qué mosca le picó para que se comportara como es." Dije en voz baja mientras sonreía. Me dormí mientras veía una serie muy interesante, lástima que no pude verlo entero.

Un Amor Psicópata  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora