Me volvió a pasar... Otra vez esa misma sombra... Esta vez, escuchaba voces. No sé muy bien lo que decían... pero parecían invitarme a acercarme a él. Me levanté, me dirigí hacia él. Escuché otra voz detrás de mí, me giré para comprobar que no había nadie, y para cuando me di la vuelta, la sombra vino corriendo hacia mí. Vi mejor su cara... Tenía unos ojos saltones, y una sonrisa maléfica. Me dio tal susto que de repente, todo se nubló alrededor de mí, de lo aterrada que estaba, cerré los ojos. Cuando los abrí, vi como un limbo, y en ese limbo estaba yo flotando.
Había cosas alrededor de mí y una especie de estática, seguía flotando... hasta que de repente me caí y aparecí otra vez en mi cama. Me levanté para comprobar que no había ninguna otra sombra.
Me dirigí hacia el departamento de Raúl, lo quise despertar, pero no se despertaba. Rendida, me tumbé en su cama y le abracé fuertemente, hasta que me quedé dormida otra vez.
Me despertó a las 10 de la mañana, me preguntó el por que de que yo estuviera ahí. Le dije lo sucedido. Él me comprendió y se fue a hacer el desayuno. Me lo comí enseguida.
Me propuso una cosa, que durmiera con él cada noche pero también fuera a terapia porque no era normal lo que me pasaba. Yo accedí, y me inscribí ese mismo día para evaluar la situación.
Estaba un poco nerviosa por lo que me podía decir el/a psicólogo/a, era tanto el nerviosismo, que empecé a escuchar otra vez las voces en mi cabeza. Ya me estaba asustando. Corrí a contarle a Raúl, y él también se asustó.
Al llegar la hora de ir a la psicología, nos fuimos a donde estaba. Raúl me acompañó hasta la consulta, y me dijo que en la primera consulta iba a estar pero que las otras veces no, ya que solo tenía 2 días libres.
Era un psicólogo, muy majo. Me hizo varias preguntas, y las contesté sinceramente. Estuvimos aproximadamente 2h ahí dentro, y cuando terminamos, me dijo que me fuera a la sala de espera y se quedó hablando con Raúl. Cuando volvió, me contó lo que había dicho el psicólogo.
Tenía esquizofrenia, era tratable, pero necesitaba terapia para ello y algunos medicamentos. Él sugirió ir cada día a terapia para asegurarse o que fuera a un psiquiátrico, a tratarme todo el día.
No sé por que pero me sugería más ir al psiquiátrico, por si alguna noche tendría que trabajar y para que no estuviera sola. Le dije eso, y él accedió. Hablé otra vez con el psicólogo y me dijeron hacer maletas porque habían algunas plazas libres en el psiquiátrico donde se encontraba Mar.
Llegamos al sótano, y Raúl me ayudó a hacer la maleta, lo llevamos a su coche, y nos dirigimos hacia el departamento de él. Me hizo tumbar en su cama. Se puso al lado mío y me abrazó de tal forma, que me sentí muy segura. Me pude dormir fácilmente.
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Un Amor Psicópata
RomanceUna historia llena de intriga, misterio y sobre todo... ¡AMOR! Para los amantes del misterio, giros de acontecimientos y un "¡no me lo esperaba!" para vosotros los lectores apasionados por un amor con locura, un amor llena de un "¡¿que cojones?!" y...