Un Amor Psicópata

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Nos despertamos con ruidos de gente fuera y unos reporteros de varias cadenas de noticias. Querían saber todo de lo que pasó con mis padres. Me vestí y salí afuera, para decirles que se vallan que no soy quien tiene que dar las explicaciones. La gente me estaba diciendo barbaridades de: ¿no quieres a tus padres? ahora que eres famosa te crees un montón exigimos saber todo. Los periodistas en este caso eran los más sensatos y empezaron a grabar a la multitud, algunos que no estaban de acuerdo con lo que decían exigieron que se callasen, uno de ellos vino hacia donde mí y gritó; ¿Podéis tener un poquito de respeto? ¿No veis que ella es la que ha sufrido la que más? Hasta los periodistas se han callado cuando habéis exigido respuestas. Ella no tiene por que explicaros nada. Pero claro, ahora que es un personaje público pensáis que todo lo que haga o lo que diga, es de vosotros y para vosotros. ¡NO! A si que o dejáis de atosigar a la pobre criatura que solamente tiene 18 años o hago que os denuncien por acoso. Después de eso, todos se fueron enfadados y le agradecí al señor.

Es lo que no me gusta de la gente, ellos exigen algo que a ellos no les incumbe, y luego cuando se les dice la verdad, se enfadan e intentan buscar alguna excusa para empezar una disputa o para que la otra persona quede mal, empiezan a mentir y a inventarse situaciones, con suerte, esta vez no pudieron mentir, por la razón de que todo quedó grabado y estaba todo en directo. Al ir a casa, Raúl y Alicia me abrazaron, ya que habían visto todo en las noticias y Raúl le tradujo todo a Alicia. Me preguntaron si estaba bien, yo dije que sí, que gracias a que todo había pasado en directo, tenía más de ganar, que todos ellos. Las personas que estaban comentando, dijeron que era una falta de respeto grave, y como dijo el señor que me había defendido, que se podría haber denunciado. Estuvieron hablando de eso un rato hasta que llegó a su punto máximo de sacar jugo, y comenzaron a hablar de otra cosa.

Cuando, todo pasó, fueron a vestirse, para ir a la casa de mi difunta tía, ya que mis padres se instalaron ahí, para comer ahí, los 5. Antes de coger el coche, me llamaron del grupo de la familia, me preguntaron si estaba bien y si me habían hecho algo, yo les contesté lo más detallado, aun que se veía en las grabaciones lo que pasaba. Ellos me consolaron y me preguntaron si iba a presentar cargos, yo dije que no, que tampoco es plan de estar metidos en otro lío. Colgamos y me puse a platicar con Alicia para aprender más inglés.

Llegamos a casa de mi tía, ahora casa de mis padres, y comenzamos a comer. Mientras comíamos, le contamos, que nos íbamos a mudar, y que si querían ver nuestra nueva casa. Ellos extrañados, nos preguntaron el porqué. Nosotros les respondimos, y se alegraron por nosotros por irnos tan bien. Cómo ellos no tenían trabajo hasta dentro de 2 semanas, nos dijeron que sí, y que, si querían que algún día se quedasen con Alicia, para cuidarla mientras Raúl trabajaba y yo tenia alguna conferencia. Nosotros aceptamos aun que un poco extrañados, conmigo no eran tan atentos, creo que después de decirles lo que pensaba, recapacitaron, y querían ser mas atentos con Alicia, emendando los errores que cometieron conmigo.

Llegadas las 15:30, nos tuvimos que empezar a marcharnos, porque llegábamos justos. Mis padres nos quisieron acompañar, a si que se prepararon rápido y nos dirigimos hacia el caserío que queríamos comprar. Al llegar, Alicia quedó sorprendida de lo grande que era, visitamos cada rincón del caserío y de la huerta y campo (algo así como un jardín frontal) Era muy antiguo, así que tendríamos que reformar y decorar todo a nuestro gusto. Nos contó que el caserío era de sus difuntos padres, que quería que todo esto tuviera su esplendor que tenía hace algunos años, pero como el tenía muchas cosas que hacer, prefería venderlo, antes de que se caiga a cachos. Y como su esposa y sus hijos no les gustaban nada el campo, se quedaron en la ciudad con todas las comodidades. El señor mismo admitió que sus hijos y su esposa eran unos mimados, pero era eso, o tener que decirles adiós a sus pertenencias, luego se dirigió hacia Raúl y le susurró, tienes suerte de tener una novia tan joven y una hija tan mona que prefieren esto y no unas comodidades. Raúl se echó a reír y le dijo que la idea era mía y que el solo me acompañaba, aunque el también prefería esto que estar todo el día con gente gritando y el ruido de las calles.

Al terminar de ver todo, hicimos un acuerdo con el vendedor, le dijimos que si quería venir algún día a ver cómo va todo, que podría venir, con o sin acompañante y que, si quiere dormir algún día, podría hacerlo sin ningún costo. El lo agradeció, pero lo tuvo que rechazar, ya que, si su mujer lo pillaba, lo tendría que ver en un juicio.

Le pagamos todo lo que tendríamos que pagarle, y nos quedamos con 7.000 en el banco. No me preocupaba, por que tanto Raúl cómo yo, teníamos trabajos estables, yo como escritora y haciendo trajes, y el cómo hostelero. Entre los 2 ganábamos al mes, más o menos 5.000 (depende de lo que vendía yo de los libros.) mis padres nos ayudaron a pagar el caserío y mandaron ellos a hacer algunas reformas de algunas habitaciones para compensar los años que no han estado conmigo, les agradecimos y les preguntamos que querían que hiciéramos. Ellos nos dijeron que si podían pasar esas 2 semanas con Alicia para tener más lazos con ella y que fuéramos con ellos a comer por lo menos 2 veces a la semana. Nosotros dijimos que sí para que Alicia tuviera la sorpresa al volver y ver su nueva habitación.

Raúl le dijo a Alicia que iba a ir a casa de mis padres para que, al llegar a casa, tenga la sorpresa. En un principio, Alicia no quería, pero luego de enseñar y elegir un modelo de habitación, aceptó y se dirigió al coche de Raúl. Se despidieron de mi con besos y abrazos, y Raúl los llevaron a casa de ellos. Yo me quedé a limpiar un poco, para que esté un poco más ordenado y fui a alimentar a los animales que nos habían dejado, eran un gallo, una gallina, 2 conejos, algunos huevos con polluelos dentro, 2 perros, 2 cerdos y 2 burros. Todos ellos de los 2 géneros.

Al llegar Raúl, trajo pienso y comida para los conejos y los gallos y gallinas, ya que los burros ya están abastecidos de la comida necesaria, y los cerdos, comen de todo, a parte de que hay una despensa llena de comida que nos dijo el dueño que era para los cerdos, y que la comida que no se comía, la dejáramos ahí, para que se conserven bien cuando se la demos a los cerdos.

Lo que quedaba de tarde, la pasamos apuntando lo que queríamos poner en cada habitación para decirles a los constructores y acomodadores, como queríamos que fuera. Acordamos que por fuera tendría esa esencia de viejo caserío y que por dentro tuviera cosas modernas, pero no tantas, las justas como para que estemos a gusto.

Los aspersores eran automáticos y se encendían cada vez que notaban que el nivel del agua bajaba. Nos dimos un susto cuando comenzaron a echar el agua, con el estruendo que hizo en el depósito.

En un momento nos quedamos dormidos por el sueño que teníamos, por las exhaustas horas que habíamos estado limpiando, dando de comer y viendo fotos en internet.