Me desperté por unos ruidos que habían, había un montón de personas alrededor del coche. ¿Qué quieren estas personas? ¿Qué quieren hacer alrededor de nosotros? Cuando miré, eran casi todas chicas, había algún chico que otro pero muchos menos. Estaban viendo a Raúl. En algún punto alguien miró arriba y me vio. Avisaron a todos y se fueron, algunos avergonzados, otros cabreados y otros tristes.
Me apresuré a vestirme y a avisarle a Raúl. Lo desperté y le conté todo, él se avergonzó, obviamente. Fuimos a un bar cercano a desayunar. Estuvimos algunas horas rondando por la ciudad. Primero fuimos hacia un museo para ver la historia de la ciudad y como eran los vikingos. Luego de eso dimos otra vuelta para ir a algún sitio para comer. Comimos super bien, encontramos a unos madrileños que les encantaba la música de aquí, ya que a ellos les fascinaban nuestro idioma, (tenemos un idioma precioso con muchos años de antigüedad, aunque hace tiempo ya se está desvaneciendo, ya que ya muchas personas no querían hablarlo).
Después de comer, tuvimos que volver al coche, ya que Raúl tenía que ir a trabajar esa misma tarde.
Mientras viajamos de vuelta, hicimos un descanso, Raúl me cogió las manos y me dijo: "yo ya no quiero que tú te sientas apresada, quiero que tengas esto" se sacó unas llaves. Me sorprendí. Le abracé ya que no podía volver a casa, ya que puede caerse por las grietas que tiene.
Llegamos sobre las 17:00, Raúl se fue seguido a su trabajo. Yo miré las llaves, me di cuenta que estaban las llaves de mi casa. Llamé a mi madre, le dije que estaba durmiendo en casa de Raúl, y que como nuestra casa se puede caer en cualquier momento, tendría que coger las cosas de casa. Me dijo que la casa de mi difunta tía estaba sin nada, ya que después de su muerte, su marido, se fue a vivir a casa de sus padres, y vendió todo. Llamé a un centro de mudanzas y les dije donde estaba mi casa. Me dirigí ahí, y para entonces ya había llegado el camión. Me ayudaron con toda la mueblería pesada. Los vecinos me saludaron y algunos me abrazaron porque estaban preocupados. Me dieron una parte de la demanda, ya que entre todos los vecinos, demandaron a la inmobiliaria ya que no sólo mi casa casi fue derrumbada, casi todo el vecindario tuvieron que evacuar las casas por riesgo de derrumbe.
Adiós a la casa del árbol soñada por Mar y yo. Cogí mis cosas y las puse aparte, para llevarlas al sótano. Pusimos todos los muebles en casa de mi tía, y me dirigí a la casa de Raúl, solo cogí algunas cosas mías, como ropa, accesorios y algunas fotos mías para tenerlos ambientados como en mi casa.
Cuando volvió Raúl le preguntó por las cosas que tenía. Le expliqué la situación, él no parecía muy contento. Me regaño por salir sola, ya que el barrio era muy peligroso. Le pedí perdón. Se fue hacia la casa y yo me quedé en la habitación del sótano.
Tuve que conciliar el sueño con un poco de música tranquila. Me costó, pero al final pude conciliar el sueño.
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Un Amor Psicópata
RomanceUna historia llena de intriga, misterio y sobre todo... ¡AMOR! Para los amantes del misterio, giros de acontecimientos y un "¡no me lo esperaba!" para vosotros los lectores apasionados por un amor con locura, un amor llena de un "¡¿que cojones?!" y...