Por sí mismo

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POV: Tom.

-¿Qué ocurre?- le pregunté mientras nos deteníamos- Te pusiste muy tenso de repente.

-NADA, TODO ESTÁ BIEN-.

-¿Seguro, te duele algo?-.

-NO, NO. NO DUELE NADA. ESTOY BIEN. SIGAMOS-.

No me convencía, pero no le iba a insistir, lo que sí es que iría más despacio, seguro se estaba cansando. Noto un gran deseo de independencia en él, siempre quiere resolver las cosas por su cuenta, me sorprende que haya aceptado tan bien su condición, cualquier otra persona caería en depresión si perdiese la vista o la capacidad de hablar, pero él se esfuerza y consigue resultados.

-Ya estamos llegando a la cabaña, vamos a despellejar las presas acá afuera, aprovechemos que hoy hace un poco de sol, y también llevaremos algo de leña adentro, ya se nos está acabando. Después te cambiaré la venda del costado-.

Me agradaba poderle compartir lo que haríamos, cómo lo haríamos y darle detalles del mundo, su expresión cambiaba y se veía más pleno. Cada vez quedaba menos de ese rostro compungido y con expresión eterna de miedo.

Nuevamente quiso ayudarme con la labor, pero esta vez no se lo permití, quería hacerlo rápido, con lo que sí le dejé participar fue con llevar leña ya cortada a la cabaña, lo hizo sin que se guiara tomado de mi hombro, sólo con su bastón. Únicamente le di un par de indicaciones al momento de dejar la leña junto al hogar.

-¡Perfecto!- dije con entusiasmo- A partir de ahora tener leña en la casa será tarea tuya, ya sabes dónde está y a donde traerla, yo me encargaré de que siempre haya leña cortada-esto lo hizo sonreír.

Pasamos el resto de la tarde trabajando en nuestras palabras, me costaba recordarlas todas, pero Jack "hablaba" con más fluidez y seguridad, llegando al punto en que podía notar inflexiones en sus palabras, las acompañaba con la expresión de su cuerpo y rostro, ya no sólo eran palabras, ahora parecía más una conversación.

-NECESITO UNA PALABRA PARA TU NOMBRE-.

-¿Para qué? Soy el único con el que puedes hablar-.

Levantó su mano y con su dedo índice ligeramente curvado trazó una línea en su ceja derecha. Me señaló con el dedo y lo volvió a hacer.

¿Te estas burlando de mi cicatriz ? Podrías haber hecho referencia a cualquier otra parte de mi cuerpo y eliges la única que en verdad me llegaba a acomplejar.

-¿ESTÁS AHÍ ?-.

Olvidé que tenía que hacer ruido.

-Sí, aquí estoy-.

-¿TE GUSTA? "TOM"-.

Suspiré.

-Está bien, si a ti te gusta-.

Realmente no importaba, sólo él podría llamarme así y seguro fue algo que le llamó la atención cuando me "vio" a la orilla del río. Que momento más íntimo, nadie había tocado antes mi rostro, deseaba que volviera a pasar, especialmente ese momento en el que nuestros labios estuvieron a punto de tocarse.

Poco a poco llegó la noche, le cambié sus vendas y revisé como iban el resto de las heridas superficiales; ya se estaba mucho mejor e incluso sus piel se veía menos pegada al hueso.

-TOM-.

Su expresión era agobiada.

-Sí, dime-.

-QUIERO CONOCER MEJOR LA CABAÑA, MOVERME SÓLO SIEMPRE Y NO CAER. ¿ME AYUDAS?-.

Que me pidiera ayuda me daba una sensación de extraña satisfacción, me gustaba ayudarlo y verlo hacer las cosas sólo. De cierta manera me sentía importante, sentimiento que no tenía desde que llegué aquí.

-Claro, ven- me situé junto a él para que pudiera tomarme del brazo, se puso de pie-. Toma tu bastón, iniciaremos en la puerta-.

Puse su mano en la pared y dejé que caminara sujetándose de ella mientras que en en la otra mano llevaba el bastón. Le iba describiendo el camino y cuando había algo que tocar, como el baúl donde guardaba mis armas o el mueble donde guardaba los artefactos de cocina, tomaba su mano y la situaba en estos objetos para que los conociera. Contamos los pasos que había entre un objeto y otro. A veces Zoro se atravesaba cuando veía que Jack iba a golpear con algún objeto, era como si él también lo estuviera cuidado.

-Ven, Zoro- lo llamé-. Él tiene que hacerlo sólo-.

-GRACIAS, TOM-.

-Vaya que te gustó mi nombre-.

Sólo se sonrió.

El ejercicio se puso cada vez más interesante, yo le decía que fuera de un lugar a otro: de la cama a la puerta, de la chimenea a la mesa, de la mesa al baúl. Con cada paso que daba movía su bastón con firmeza, pareciera que ahora es parte de su cuerpo, como una extensión de él.

-Ya fue suficiente por hoy, debes descansar. No debo recordarte que tan sólo hace un par de días estabas convaleciente-.

- UNA VEZ MÁS-.

-No- dije con firmeza-, mírate estas ya agotado, mañana lo harás de nuevo. Es más- tuve una idea- cuando tengas más fuerza iremos al pueblo-.

Que le dijera eso lo puso muy feliz, y no me refutó más, fue directo a la cama.

-TOM-.

-¿Qué pasa ?-.

-NO DUERMAS CON PERRO. DUERME EN TU CAMA- se detuvo un momento- CONMIGO-.

No podía negar que moría de ganas de volver a estar cerca de él, como en la orilla del río. Pero algo me avergonzaba, sentía que no sería correcto, dos hombres compartiendo cama..., simplemente algo que no había hecho antes, pero que deseaba poder hacer.

-¿TOM?-.

-Sí- dije con inseguridad-, dormiré contigo. Pero antes tengo algo que hacer afuera, duerme y te alcanzo en un momento-.

-VEN-.

Me encaminé hacia él y conforme estaba más cerca levantó sus manos para buscarme en el aire, tomó mi mano y escribió la palabra "Promesa". Aún no teníamos seña para esa palabra. Tomé su mano y la entrelacé con la mía, haciendo un movimiento hacia arriba.

-Promesa-.

Y la repetimos juntos una vez más.

-No tardo-.

Lo vi acostarse y salí de la cabaña, no podía irme a dormir sin practicar con el arco. Y ya faltaban sólo dos días más para que Rubius viniera a traerme noticias de casa e insumos para sobrevivir en esta desolada y helada montaña.

Esta vez me alejé más de lo que normalmente lo hacía, dejando la cabaña bastante atrás, tiré varías veces a la luz de la luna llena, enfocado sólo en este momento, cada vez en el blanco. Terminando volví a la cabaña, pero para mi sorpresa se veía una gran silueta extraña tras la luz de las velas.

Por todos los dioses y diosas !Jack!

Oscuridad y Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora