POV: Jack.
Una vez escuché que la puerta se cerró, me levanté de la cama y me dispuse a seguir afinando mis habilidades de orientación, al final de cuentas no es como que esto fuera a tener alguna consecuencia, lo peor que podría pasar es que me perdiera en estas cuatro paredes y cuando Tom regresara todo estaría bien. Me sentía cómodo, esta nueva vida es más de lo que pude imaginar que podría tener mientras era torturado, sin embargo aún me consternaba la voz que sonaba en mi cabeza ahora de vez en cuando, sin saber cuando me volvería a sorprender; y no puedo dejar de lado que por ella salí del calabozo y que Marina también la escuchaba.
Pensar en Marina me hizo sentir un agujero de culpa en el pecho, para dispersar esa sensación me enfoqué en lo que mis sentidos percibían: lo rígido del suelo, el aire frío que se colaba por entre las maderas de la cabaña, el calor que manaban las brazas del hogar, el peso de las ropas sobre mi cuerpo; el olor a leña quemada, humedad a causa de la nieve derritiéndose, restos de la cena y un poco de perro mojado; el sonido del viento y de mi respiración. Comencé a caminar solo, sin mi bastón (honestamente eso estoy seguro de donde lo dejé), exactamente como lo había hecho hace un momento, de la puerta a la mesa, de la mesa a la cama y así sucesivamente con el resto de ubicaciones. Un sentimiento de triunfo llenaba mi cuerpo cada que lograba anticipar un mueble o llegaba a mi destino sin golpearme con algo, sin embargo no todo fueron éxitos, estoy seguro de que más de uno de mis tropiezos me dejaría un moretón en las espinillas, sólo me preocupaba que Tom no los fuera a notar.
Seguía caminando, inmiscuido en mi labor de ubicarme en este espacio cuando el sonido de la puerta abriéndose con cautela me hizo paralizar, de repente todo sentido de orientación se esfumó y quedé nuevamente atrapado en esa horrible y aterradora oscuridad. Unos pasos se acercaron y mi sangre terminó de helarse, no eran los paso de Tom, era alguien más, alguien que se acercaba a mi y yo no podía moverme.
-¿Quién lo diría?- dijo la voz de mis pesadillas en su típico tono burlón-. El pequeño enclenque se esconde en una casita en la montaña-.
Brut.
Como pude di unos pasos al lado contrario de donde se escuchaba su voz y caí sentado sobre la cama, y pude sentir que mi bastón estaba a mi derecha. Lo tomé en mis manos y me aferré a él, sólo para que un instante después fuera arrebatado de mis manos y junto con él toda sensación de protección.
-Vaya, vaya- la voz de Brut sonaba muy cerca-, parece que a este bastardo lo han acogido, como sucio perro que es ¿Quién será, quién será esa persona que morirá por su acto de caridad?-.
Por favor, que no le vayan a hacer daño a Tom.
Un fuerte golpe me atisbó en la cara, haciendo que cayera sobre la cama, dejándome aturdido.
Una horrible carcajada sonaba por todas partes.
-Ya extrañaba lo satisfactorio que era golpearte, pedazo de mierda-.
Escuché que algo de madera se rompía ¡Mi bastón!este maldito bárbaro había roto el regalo que me había hecho Tom. La rabia se apoderó de mi ser y me hizo lanzarme sobre él, o hacia donde pensé que estaría, choqué contra él y caí de inmediato al suelo, esto hizo que mi costado doliera.
-¿A qué viene esta actitud?- como odiaba su tono burlón- Hasta me recuerdas a esa amiguita tuya- Marina...- , esa perra loca mató a mis dos hombres, y sí que me dio batalla antes de salir huyendo cual cobarde-.
Marina está viva.
-¿No será que están juntos aquí ?-.
Me tomó por el cuello y ahorcándome me puso de pie, se me cortaba el aire, con mis manos intenté soltarme de su agarre, pero su brazo era enorme, aún más grande que mi cabeza.
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Oscuridad y Silencio.
RomantizmTom se esconde en la montaña, esperando a cobrar venganza de los asesinos de su padre y poder reclamar las tierras que le pertenecen. Jack acaba de escapar de la prisión donde lo tenían encerrado y torturado. El destino une a estos dos hombres para...