Charla pendiente.

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POV: Jack.

Caminar en el bosque es bastante complicado, Tom me cuida, guía y advierte de los peligros, pero aún así me cuesta trabajo caminar fluidamente, detesto sentir que lo atraso, que soy un estorbo, que aunque físicamente me encuentro mucho mejor gracias a los cuidados y alimentos de la señora Marie, no se puede dejar de lado que no soy capaz de ver por donde camino.

-Si quieres que descansemos dime y podemos parar- me avisa Tom.

Más bien tú, yo voy torpe pero con energía.

Sólo negué con la cabeza e hice ademán de que siguiéramos adelante.

Definitivamente quien disfrutaba más el camino era el perro, de vez en cuando se alejaba y correteaba a algún animal, regresaba con nosotros y volvía a correr, es un perro muy inteligente, en una ocasión nos llevó directo a un pequeño manantial y pudimos tomar agua fresca y rellenar nuestras reservas de este líquido vital.

Tom no hablaba demasiado en el camino, pero sí me describía el paisaje y me explicaba como era el sendero.

Poco a poco fui dejando de sentir la calidez del escaso sol invernal y la temperatura comenzaba a bajar.

-Bien- dijo de la nada Tom-, descansaremos aquí, encenderé una fogata para calentarnos-.

Debo admitirlo, estoy muy cansado y los pies están matándome, a demás de la espalda por estar cargando la bolsa con equipaje, sin embargo me imagino que Tom está aún más cansado que yo, no sólo por la transferencia de vida, sino por estar cargando gran parte de los víveres del viaje, más a parte sus armas, el arco, las flechas y su espada en la cintura. Y bueno, siendo honesto... también cargando conmigo.

Estábamos siguiendo el camino que se nos mostró en la visión, pero no llevábamos mapa, dependíamos completamente de la memoria de Tom para llegar en cinco de días a la cascada. A pesar de que confió plenamente en él me da miedo que vayamos a llegar tarde, aunque no sé qué podría pasar si tardamos más en llegar, no quisiera averiguarlo.

Tom encendió una fogata y no me dejó ayudarle, creo que por su cansancio quiere hacer las cosas rápido para irse a dormir. Sacamos un poco de la comida empacada para cenar, Tom puso sobre mis manos un pequeño cuenco de madera con carne seca, queso de cabra y un poco de pan, fue una cena muy sustanciosa.

Aprovecharía que no hay miradas externas para estar cerca de Tom y hablarle directamente en su mente. Hice ademán de que se acercara y lo hizo. Toqué su mano para desde ella guiarme a su cálido rostro y colocar mi mano en su frente, al pasar por su mandíbula pude notar que tenía un poco más de barba, me imagino que se debe ver muy guapo.

Como quisiera poder verlo.

-¿Hola?- primero tenía que asegurarme que funcionara.

-Hola, Gunard-.

Me alejé de inmediato nervioso y rompí contacto con él.

Te juro que quería decirte, quiero contarte todo de mí, que sepas quien realmente soy. Debí decirte antes, lo siento, lo siento. Esta bien si estás molesto conmigo, yo entiendo.

Intentaba hacer señas con mis manos que dieran a entender mis pensamientos, pero estoy seguro de que no comunicaba nada. Estaba tan nervioso que mi respiración comenzó a acelerarse mientras intentaba comunicarme sin éxito.

Mi desesperación llegó a tal grado que me decidí a hablar, no me importaría el dolor que fuera a sentir, no permitiría que Tom pensara que quiero mentirle.

Abrí la boca y de ella salió un pequeño gruñido, mientras de mi estomago sentía unas llamas arder. Por el dolor llevé mis manos a mi garganta y pecho, pero debía intentarlo más.

Oscuridad y Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora